La mía se la comió el gato, ¿y la tuya?

2/9/08

Mortal y Rosa

” No sabía el niño atento quién podía haber pintado aquello, ni siquiera se planteaba el que alguien lo hubiese pintado, sino que lo asumía como una realidad fascinante, como un cine natural y mágico, y era como estar viendo al mismo tiempo el pasado brillante de las cosas, tan presente, y su presente ruinoso, tan pasado. Espectador sin límites ni limitaciones, entonces como no he vuelto a serlo nunca, tomado por el cuadro en su remolino de dioses, hombres y mujeres (…) . No sabía entonces el nombre del artista, ni ahora os lo diría, aunque lo supiese, porque entonces volveríamos a los límites, a las distancias, al arte como espectáculo, contemplación, erudición, catálogo, y habríamos perdido aquella facultad mágica y silvestre, niña y eterna de participar en el arte como de la vida, como de otra vida más armoniosa, caliente y prometedora al mismo tiempo. Nunca he vuelto a mirar un cuadro como entonces, como aquel cuadro, sin limitaciones de espectador ni de crítico”


Mortal y Rosa. Francisco Umbral

Está parado en la estantería, lleva allí unos meses, desde principios de año que fue cuando lo leí. Es de esos libros, joyas, que puedes abrir al azar una y otra vez, sin esperar una linealidad -no la tiene, no la busques- saltando de una semblanza a otra, pensamientos siempre engarzados a la tarea de vivir, sin encontrar en ellos evolución lógica, argumental, que danza arbitrariamente entre retazos vitales, digresiones, sin un tono que delimite la alegría o la tristeza. Y todo con la prosa característica de Umbral, deleitándose a sí misma, espiral enamorada de sus pliegues, y que no deja de sorprender en la mayor parte de los pasajes por su belleza, delirio, acierto, léxico asombrado y asombroso. Me fue imposible no pensar en más de una ocasión vendería mi alma por expresarme así, por encontrar el término certero con esa facilidad poética y vital. Delirante.

Novela lírica, prosa poética, diario íntimo… da igual la etiqueta, el lenguaje habla por sí mismo desde su monólogo interior, perplejo ante el absurdo de la vida, o de la muerte, ¿no es acaso la misma?

Fue escrito en 1975, al año siguiente de la pérdida de su hijo. Es una elegía a la infancia, es un desahogo al espanto, al dolor pero también es una forma de convertir en liberadora la fuerza con la que la muerte pone cabeza abajo nuestro mundo.


«esta corporeidad mortal y rosa, donde el amor inventa su infinito»
P. Salinas

29 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Desde luego Umbral escribía como nadie, pero para mi gusto al final le pudo el personaje. Una lástima.

Besos.

Lúzbel Guerrero dijo...

¡PLÍÑ!, me canto el de LUIS ANGEL FIRPO, que se le olvidó)
A lo que íbamos:
¿ALGUIEN ME HA LLAMADO?
Yo daría cualquier cosa por su almita MINNIE, pero UMBRAL tenía muy mala leche y temo echarla a perder.

Anónimo dijo...

Nunca más miró un cuadro así porque nunca más tuvo ojos de niño. Cómo no voy a hablar siempre de mi infancia con nostalgia, si es que cualquiera con dos dedos de frente lo haría.

Si tú venderías tu alma por expresarte como Umbral, yo vendría la mía por haber escrito yo esto: espiral enamorada de sus pliegues.

¡Maldita!

NoSurrender dijo...

es una maravilla de libro, sin duda. Por aquel entonces todos pensaban que Umbral iba a ser algo muy importante en la literatura. pero todo lo demás que escribió ya no estaba a la misma altura. En fin, supongo que todos tenemos un momento de máxima creatividad, y que luego todo es decadencia.

Besos mortales.

Anónimo dijo...

En mi aborratada biblioteca tengo un ejemplar... Permanece sin leer, pero le has dado una muy buena oportunidad...
Un saludo, Marg!

KyRiah dijo...

Francamente... nunca he leído nada de Francisco Umbral. Más que nada porque era verle y no sé, se me quitaban las ganas de comprar un libro suyo. Creo que le pasó como dice torosalvaje, que le pudo el personaje. Pero bueno, me merezco un capón, porque con lo que me gusta leer, no debería basarme en su escritor, sino, en lo que escribe. Creo que le daré una oportunidad.

Un beso!

Antígona dijo...

Sorprendida me quedo, y un tanto arrobada, con ese texto de Umbral que nos regalas con tu post.

Nunca he leído nada de él. Sin duda, por antipatía al personaje, por falta de referentes que me lo pusieran sobre las manos, por ese estúpido desprecio por lo propio que nos hace mirar a lo lejos pasando con alegre petulancia por encima de lo que nos es más cercano. Y ahora, en este momento, me percato de que me he perdido algo. No sé si con Umbral en sí, o simplemente con este texto, que me ha parecido tan, tan verdadero. Quién pudiera recuperar esa mirada de niño, ay, y quién pudiera intuirla y expresarla de ese modo.

Yo también vendería mi alma por algo así.

¡Un beso sin límites!

Licantropunk dijo...

Umbral era uno de los escritores cuya obra más he admirado. No tanto el periodista, pero sus novelas supieron atraparme siempre. Pero "Mortal y rosa" sigue esperando en la estantería: lleva la friolera de quince años haciéndolo. Llegará su momento, seguro.
Saludos.

Lúzbel Guerrero dijo...

He contabilizado tres más que quieren hacer negocio MINNIE, se llevará una suculenta recompensa, ya verá ya
UMBRAL me dice que de escribir bien no se vive decentemente, y que por eso hizo el cafre mucho tiempo
Yo le tranquilicé, le dije que había olvidado su columna de los ochenta y aquel famoso: "Yo he venido a hablar de mi libro..."
Lo hacía bien el cabrón cuando quería.

Lúzbel Guerrero dijo...

y "PLÍÑ", claro

ybris dijo...

No lo he leído pero con lo que tú cuentas, ya me he picado.
El autor siempre se me debatió en una mezcolanza de simpatías y antipatías, pero no es justo que eso afecto a la belleza de lo que escribe.
Lo cierto es que fue un formidable escritor.
Y es que lo que tu digas va a misa por mi parte (con permiso del Sr Guerrero).

Besos.

xnem dijo...

Lo pone.

No leí a Umbral mas que en los periódicos de cuando el señor bajaba a comprar el pan.
Uno de esos escritores que oyes su voz cuando lo lees. Me lo apunto.
Y Toro tiene algo de razón.


¿Repetiste la foto? Me suena.

Margot dijo...

Toro, ya, suele pasar pero verás es que a mí no me caía tan mal.... jeje. Le perdoné incluso que escribiera en ese periodicucho amarillista, jajaja. Sería un arrogante y prepotente pero lo que hacen los años, echo de menos su voz en este mundo tan manso. Eran otros tiempos, ya.
Besote!

Luzbel, el cabrón lo hacía francamente bien y otras se portaba como un crio malcriado. Era histriónico, borde y estúpido a veces, maleducado las más pero no se mordía la lengua y le gustaba desenmascarar. Lo dicho, fuera como fuera ya no quedan tipos así (mucho menos escritores: vendidos a la imagen editorialista los callados; a la extravagancia vacua los exaltados). Tenía su puntito... jeje. Y como escritor tenía su puntazo!!!

Fusa, comparto ese pensamiento: cualquiera con dos dedos de frente echaría de menos esa etapa, la tabla rasa del aprender y a rellenar, sin prejuicios excesivos ays.
Jajajaja no seas bicha, anda! Que me sacas los colores, niña!!

Nosurrender, no estoy de acuerdo. Umbral sigue siendo un referente literario para mucha gente, para mí también. Mortal y Rosa quizás fuera el más "redondo" y tampoco estoy yo tan segura de eso... me quedan muchos libros de él por leer como para afirmarlo, dentro de unos años te comento... jeje.
Besos decadentes!

Azazel, qué bueno que viniste!!
Ya sabes que para gustos se hicieron los colores, y siempre me da algo de susto recomendar, incluso libros, pero ya que lo tienes en la estantería... yo que tú lo leía! jeje.
Beso, señor de los comic!

Kyriah, ya, ese personaje... pero tienes mucha razón en lo que dices: lo importante es lo escrito.
Un beso!

Margot dijo...

Antígona, en tu caso casi podría asegurar que te va a encantar, ajá, creo que sí. Ese párrafo no es de los mejores pero sí ilustra la mayor parte del libro: la pureza de la mirada y el disfrute sin el tamiz y la contaminación de lo aprendido. El placer del barro antes de elaborarlo y tener entre las manos un jarrón de serie... algo así, jajaja.
"Te pega" este libro... jeje.
Un besote cuando n tiende a infinito!

Licantropunk, pues entonces seguro que disfrutas de lo lindo con él... ya me contarás!

Ybris, es difícil desprendernos de tantos antecedentes y hay muchos libros por leer pero este merece la pena, de verdad...
Y nada de misas, nos vamos al parque y lo leemos en voz alta? jajaja.
Un besote!!

Xnem, pues no sé, lo mismo, últimamente ando un poco volá... igual la repetí.
Besote!!!

josef dijo...

Hola. Descubro tu blog con fascinación y veo ese Mortal y Rosa que yo no he sido capaz de deshojar por entero, no porque no me guste, me encanta Umbral, me gustaba seguir sus críticas en la columna del Mundo por leerlo a él más que a nadie. Escribía brillante, escribía genial. Utilizaba siempre la palabra precisa, el matiz más puntual. Coincido con Torosalvaje en una cosa; al final, sólo al final de su vida, sus textos predieron algo de brillantez, cuando ya estaba medio enfermo, cuando ya lo había dicho todo... Fue un genio de la literatura, no cabe duda. Me a gustado descubrirte. Un saludo!

Churra dijo...

Pues no le he leido y el personaje me resultaba curioso quizas al final demasiado personaje aunque su columna del periodico era genial
Leí hace siglos "Las ninfas"y solo tengo de él una idea vaga...
Pues yo daria un pié por haber escrito esto que has escrito tu.
Un besito

Dante Bertini dijo...

no tengo nada que decir del libro de umbral, no lo he leído, pero qué poeta es pedro salinas...

el nombre... dijo...

Desde el "umbral" me asomo y leo tu post, lleno de coments, evidentemente este tipo despertaba pasiones encontradas...
Me meto en lo que escribiste, referencias included, y me parece hermosísima tu reflexión.
Cómo las palabras pueden ser instrumentos que pongan en juego la hermosa maquinaria que alivia nuestros peores dolores. No cualquiera.

Besotes, linda!

Margot dijo...

Moderato, pásate cuando gustes. Opino lo mismo que tú, sabía escribir el puñetero...
Un saludo!

Churra, el de Las Ninfas también lo leí, hace siglos, eso sí y me sucede igual, lo tengo difuso...
Nooo, un pie no!!! Una uña, todavía pero no más, eh? no merece la pena, jeje.
Besote, preciosa.

Cacho de pan, ajá, coincido contigo, un buen poeta!
Un beso.

Elnombre, sí, se nota, verdad? era un tipo polémico, eso le gustaba a él.
Ays, el poder regenerativo de las palabras... que no nos falten!!
Un beso!

Magnolio dijo...

Otro sentimiento compartido: el de las letras de Umbral. Pero eso fué antes de las pérdidas. Ahora, perpleja ante el gran enigma, como él, como Salinas:

"Seguros por un día
-hoy, nada más que hoy-"

no vendería ni un segundo a cambio de cualquier letra.

Y mira que me gustan las tuyas.

Cronopio444 dijo...

Me temo que yo pertenezco también al club de los odiadores de Umbral. Forma con Cela mi particular "pareja diabólica". Pero reconozco que el maldito escribía bien. Lástima que se creyera las tonterías que decían de él sus amiguitos... Besos con más besos.

Margot dijo...

Magnolio, ajá... "ya tú sabes", que diría un amigo mío, grande y tierno él... jeje. Me encantó leer esos versos, qué tontería, me hicieron mucho bien.
Desde hoy y por hoy, besos!!!

Cronopio, ah! con que esas tenemos!! me llevas la contraria!! vale, vale... (jajaja)
Con Cela me sucedía, me caía mucho peor, pero aún recuerdo el deslumbramiento de Mazurca para dos muertos. Y eso que era una criaja. Lástima que sus egos estuvieran tan inflados, sí, y no tengo muy claro que fueran buena gente, me da que no.
Besos en bocata de besos.

inespoe@gmail.com dijo...

sabes? Me han encantado tus palabras, creo que tienes talento para expresarte como tú, y te expresas bien, Margot.

¡Qué melancolía! la verdad creo gracias a Dios poseemos el lenguaje, el papel para que quede impreso,para que no se pierda en el tiempo, y ahora, los servidores y computadoras para que se guarden digitalmente.
Yo pienso que solo la palabra expresada registrada es infinita en su forma. Al decir esto, queda una constancia tuya, indeleble, de lo que una vez pensaste y quisiste decirnos.
Una vez leí el terror y el padecimiento de un bloguero de 21 años que tenía lo mismo que la amada de Cortázar, Carol Dumlop, aplasia medular. Su último post antes de morir fue una carta a la muerte, que curiosamente era un manifiesto a la vida. Te lo juro que me herizo. Fue muy fuerte para mí. Te confieso que ha sido una de las experiencias más fuertes que he tenido en internet. Me pongo triste...

Oye, te dejo mi email, sé que viniste a Venezuela, me gustaría que me contaras tus impresiones. Un saludo:

María Inés:
maria_ines_libra78@hotmail.com

inespoe@gmail.com


PD: Roberto Bolaños prohíbe leer a Umbral (Roberto Bolaños es uno de mis escritores preferidos y le hice caso hasta que leí tu post).
Te gusta Roberto Bolaños?

MBI dijo...

Me gusta esa foto al borde de lo escrito.

Inquisidora dijo...

Profundamente patético, un blog que hace palabras todo lo que el mundo piensa sobre lo realmente patético que nos rodea.

http://profundamentepatetico.blogspot.com/


Pd.: Genial

Margot dijo...

Tarántula, la palabra es nuestro poder, también nuestra capacidad de meter la pata, dañar, equivocar... por eso me gustan, lo tiene todo!! jeje.
En cuanto tenga un rato en este caos de semana te escribo.
Bolaños me encanta, ummmm, y deconocía lo que decía de Umbral, jajaja. Aunque como yo siempre digo... para gustos se hicieron los colores y Bolaños no iba a escapar a esa máxima.
Un beso!

Mbi, me alegro... Un abrazo!

Inquisidora, me paso.

mgab. dijo...

¡cuántos —me doy cuenta— hemos amado/odiado a Umbral! y también a mi me pasó con Cela! qué pena cuando el personaje desborda y tapa a la persona, auténtica...
pero bueno, teniendo a Margot reinota de las letras, ¿qué más queremos? gracxias, de todas formas, por recuperarnos la buena literatura, a pesar de su autor :)

Margot dijo...

Jin, de ná... no me saques los colores... jajaja.
Un beso!

Heriberto dijo...

He leído varios de esos libros ¿inubicables? que publicada tan a menudo Umbral, pero con este no me he animado, le temo a los textos tristes (desde que ví Bambi).. Su forma de manejar el lenguaje es exquisita y única (¿desde Góngorao Quevedo, quizás?). Entiendo que sus posicines políticas y personales le causaban anticuerpos en su propio país y le negaron el asiento en la RAE.

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