Octavio Paz.
Las ciudades se entremezclan en nuestro pensamiento, las vivencias. Como calles cruzadas aquellas que leímos y que nos pareció posible pisar al pasar cada página. Cernuda desde sus Placeres Prohibidos no quiero la ciudad hecha de sueños grises o Lorca y Poeta en Nueva York, presa de sus tristezas íntimas y engarzado a esas líneas de geometría y angustia que él consiguió ver en las calles; la pobreza del asfalto engalanado por el poder y el dinero apartando al ser humano -de la esfinge a la caja de caudales hay un hilo tenso ,que atraviesa el corazón de todos los niños pobres. Otras más amables que dejaron el gusto por la extrañeza, París y la Maga de un Cortázar en estado de gracia, o Comala poblada de muertos que según relataba Rulfo fue una historia que le contó su tío Celerino años atrás. No podría olvidar Macondo, en largas tardes de un verano en las que preferí el frescor de su atmósfera irrespirable entre la vegetación tropical a la compañía de mis amigos y sus juegos. El Madrid de García Hortelano, la Barcelona de Tusquets o Barral, los extrarradios de Marsé, las marismas de Bonald en aquella también mágica Ágata, ojo de gato, las invisibles de Italo Calvino o los lejanos y exóticos viajes de un Marco Polo. En aquellos años yo iba descubriendo los trazos de las ciudades, sus habitantes y usos y me perdía en el ansia por visitar más aunque lo hiciera desde un rincón donde dejarme las pestañas pegadas a un libro entre las manos. Luego llegarían los viajes y fotografiar mis pies en ellas, La Habana, Granada, Roma, Soria, León, Amsterdam, París, Barcelona, Gijón… demasiadas que se me pierden en el recuerdo y confundo sus aromas porque la memoria es mala compañera de viaje y en mi despiste siempre olvidaba incluirla en el equipaje. En ellas aprendí el placer de caminar y el contemplar con una mirada de frente, una traducción propia de las calles y sus puentes.
Estos días reviso las guías de Caracas, en Junio visitaré la patria de Bolivar y sus contrastes; trataré de desentrañar las telarañas que nos llegan de allí, la visión de la distancia que todo lo cubre, la realidad. Y entre medias procuro reconquistar el espacio, me dejo llevar por otros ojos que me hacen desear posarme en los cables de la luz o cegarme con el resplandor de las farolas, dejar pasar las horas en observatorios de pájaros -y si te beso en ellos-, comer a deshoras en garitos que confunden nuestros estómagos o el deseo saltando desde los aleros de los edificios, obviando los canalones y su moho.
La ciudad con su holgura y yo recostada sobre ella, desordenados los rasgos en imaginarios y reales.

31 comentarios:
De todas me quedo con Macondo, recuerdo la impresión que me produjo "Cien años de soledad", fue como descubrir otro mundo que no tenía nada que ver con lo que veía, lo que tocaba, lo que sabía, ciertamente el realismo mágico me conmovió.
Nunca, ningún libro obró en mí lo que aquel.
Los extraradios de Marsé también me gustan.
Ahora ando por Comala estos días, y lo estoy pasando bien.
Besos.
A todas quiero regresar,a las que caminé y a las leídas.No me detendría jamás,siempre en pos de la ciudad soñada en el horizonte.
Añoro hasta aquellas de las que sólo conozco el nombre.
Besos,lagartija viajera***
Tu ciudadroca me encanta:)
Despues de mil tumbos yo he acabado en la que nací , la unica que parecia imposible, vuelvo a Madrid que es el amor de mis amores y no volvere a la que vio nacer a mis hijos y quise tanto.
..pero tengo la promesa de muchos viajes.
Besitos
la ciudad es un ambito de sentimiento...la emoción...nace en el tiempo..y en los viajes por ellas si no son nuestras nos abarcan con su mirada sin más compasión que el saber que podemos volver a irnos y ella inmutable esperará como una amante fiel nuestro regreso y nuestra caricia...bienvenida a la nostalgia...besos.
Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, ... ?
Yo no podría elegir entre todas esas ciudades que fueron construyéndose a lo largo de mis lecturas, de todas ellas guardo recuerdos imborrables.
Espero que esta vez metas la memoria en el equipaje para poder contarnos a tu regreso todos los colores de Caracas. Moientras tanto disfruta de tu ciudad (pongamos que hablo de Madrid) que como dijo Lawrence Durrell 'la ciudad se convierte en un universo cuando se está enamorado de uno solo de sus habitantes' y algo me dice que love is in the air...
Besos.
no nombras a la buenos aires de borges, bioy casares, mujica láinez y roberto arlt, la de pizarnik, alfonsina storni y oliverio girondo, la de victoria y silvina ocampo, olga orozco,beatriz guido y tantas otras.
Que genial Majestá, pocas cosas hay comparables al viajar.
Ahora bien, la susodicha entrada no era un repaso por todas las ciudades marco de historias noveladas, si no de aquellas más significativas para usté, no?
obviando los canalones y su moho
Ecs qué horror!
Si a mí alguna vez me sirvieran canelones con moho marcharía del local inmediatamente!
Bueno no, me los comería... pero lo haría enfadadísimo y no dejaría propina!
Asquito...
:[
Adoro tu atlas.
Envidio tus viajes sobre los libros.
Y me encanta cómo lo dices.
Yo lo intento pero se me clavan más las personas que las calles.
No es probable que pueda ir a Caracas pero leeré con avidez lo que nos cuentes.
Besos
Toro, Comala es todo un universo... disfruta de él!!
E imagino que hubo una generación a la que el realismo mágico nos despertó aunque elegir un libro entre tantos siempre me resultó imposible, uffff.
Besos coincidentes, torito muá!
Dalia, yo también añoro hasta esas y de momento tampoco pienso detenerme, ni leyéndolas, ni pisándolas aunque sea de puntillas.
Besos, soplillo viajero! (Va en nuestra naturaleza, ves? jeje)
Churra, yo también regresé a la misma. No es malo regresar, tampoco irse y mucho menos echar de menos otras...
Hurra por esas promesas!! Beso.
Fernando, nostalgia? ummm, no, no creo, más bien recorridos. O en todo caso una nostalgia feliz, la que causa el descubrimiento y ese siempre es posible si vas con los ojos bien abiertos...
Cual rana voy yo para no perderme nada! jeje.
Un abrazo!
Hernan, ni idea, ese fuego no puede, ni debe apagarlo nadie. Si es el mismo en el que pienso es el que me impulsa a seguir: el azogue de las preguntas.
O te refieres a otro? Ays, que cada uno va a tener el suyo con distintas chamusquinas, verás...
Un saludo, señor críptico!
Isa B., intuitiva mía... jeje. Yo tampoco soy capaz de elegir una, todas, todas las que me sedujeron al leer, me ayudaron a crecer de una forma distinta. De ahí lo del Atlas, el propio, un mapa formado por las vivencias y las lecturas.
Voy a tomar fósforo, palabrita!! jajajaja.
Un abrazo!
Cacho de pan!! ufff, craso error!! tienes razón, aunque es cierto que algunos autores de los que nombras llegarían algo más tarde... era una criaja en el tiempo que menciono, quedaba mucho tiempo y muchas lecturas por delante aún..
Fíjate, Pizarnik en mi cabecera desde hace diez años, sin desbancar, pero Borges no es de mi agrado, no lo fue en aquel entonces y siguió sin serlo... qué le voy a hacer!!
A la últimas cuatro las desconozco... tendré que ponerme a buscar, ays!!
Un beso!
Renton, no sé, un repaso por mis ciudades, en el marco que fueran: mis selvas y mis mentales... jeje.
Qué ganso eres, rey moro... jajaja.
Un beso!
Ybris, a mí se me clavan por igual aunque por supuesto las calles no sean mucho sin sus gentes... pero yo es que cuando paseo hablo poco y me gusta tocar las piedras. Luego, sentada ante una cervecita ya es otra cosa... jajajaja.
Un beso!!! (Procuraré dibujar un buen mapa vital y contártelo, ajá).
Cierto, y no podría haber podido desear plasmarlo mejor...
Antes te diría sin dudas que me quedaba con Macondo, pero ahora se me queda corto en manos de su creador, que no me deja de parecer algo mediocre a pesar de lo laureado que está...
De las de la ficción, Comala sigue siendo mi preferida... De las reales, bufff: Madrid, Barna, Vitoria, Sevilla, Granada, Santander, Oviedo, Zaragoza, Nueva York, Lisboa, Buenos Aires, Londres, Roma, Estocolmo, Berlín, El Cairo y Helsinki, sobre todo mi amada Helsinki, el único lugar a parte de Madrid que puedo llamar "hogar" sin ruborizarme...
Besos de urbanita sin solución
Juan José Millás definía su 'El mundo' como un instante del mismo ambiente que encontraba en todas las ciudades por la que transitaba; como si, en algún momento, podía reconocer en cada una de ellas algo que ya conocía y amaba. no he leído el libro pero esta reflexión me ha parecido especialmente bella y acertada—al menos en mi caso—. creo que una ciudad nos gusta cuando encontramos en ella algo que está ya en nuestra memoria emotiva.
también me gustan las ciudades, las de verdad y las de los libros; parece que estas últimas apelan más a la imaginación y a la capacidad de entrar en el mundo de otro, del escritor en este caso. y comulgar con algo o alguién siempre es gratificannte y confortador.
me gusta tu visión 'urbana', Margot, y me encantan algunas de las ciudades que citas...
Visto con sus ojos madame, cualquier sitio puede evocar grandezas y misterios; por mi parte, he perdido mi interés por las ciudades, porque en casi todas ellas, veo avanzar esa lacra de la miseria que todo lo confunde. Me he apuntado algunas de sus recomendaciones literarias, y no tanto por conocer otras ciudades, sino por disfrutar de otras miradas consagradas. Tengo para Ud. algunos rasgos de Estambul, y espero que pronto pueda hacérselos llegar. No sé si se lo he dicho antes, pero su casa es uno de mis lugares favoritos, y siempre volveré entusiasmado.
Fascinante el poder de la literatura sobre nuestra percepción del mundo, sobre nuestro descubrimiento de él. Porque para mí París siempre serán la Maga y Oliveira buscándose por sus calles, abandonados al azar o el destino que propicie el encuentro deseado. Y Lisboa, que aún tengo que descubrir con mis propios pies, la melancolía, la lluvia, y el desasosiego de Pessoa.
Imposible después transitar sus calles sin que todo lo vivido a través de los libros nos asalte y enriquezca, dotando de un sentido más hondo, cada uno de los pasos que damos sobre el asfalto, cada una de las miradas que proyectamos sobre las calles y sus transeúntes.
Leyéndote, no he podido evitar pensar en Benjamin y su flâneur, deambulando por las ciudades como se deambula por la propia vida.
¡Un beso caminante!
Vaya pues ya lo sabe le falta la City de Alessandro Baricco, cuando se ponga me lo agradecerá. Una ciudad que en vez de edificios tiene personas.
Y por eso de las casualidades ahora mismo veía unas fotos arbóreas de Caracas, si visita el blog de jackeline “casi en serio”, ha dejado por unos días Montreal por su Caracas primaveral.
Me encanta esa foto de hoy como daguerrotipo moderno,
Ahora mismo, qué cosas, estoy viajando por Bahía la de Moustaki que suena por los altavoces. Ayer visité N.Y. de la voz de Cohen y horas después, en mi propia ciudad acompañada de Luz y un teatro alborozado, me fuí al pasado, me encontré con antigüos lugares, me quedé en el presente - Luz es mucha luz - donde sigo la ruta de tu precioso Atlas y tanto viajero avezado en geografías humanas y de las otras que compagino con la Sand y sus mejores travesías delante de una chimenea.
Como siempre, un placer.
Hoy, en mi ciudad, hace un día lluvioso. No sé en la tuya. Mi ciudad a veces es sólo imaginaria; no aparece siempre. Aunque, yo, la espero, leo un buen rato en silencio y me marcho. Ya sé que no es Macondo ni Barcelona. Pero como dice Pessoa con su río: "Aunque no es el Tajo, es el río que pasa por mi pueblo"
Un beso,
Pepe.
Un brillante tour por la literatura el que nos diste.
Caracas la ciudad que para mí nunca fue -entre un milico furioso y su inestabilidad- preferí no visitarla hace años.
Te felicito, me gustó mucho, tanto que volveré a releerte.
¡PLÍÑ!, un veinte MINNIE
¿Hace un viajecito?, tengo billetes para ir a Kabul, Bagdad y Buenos Aires
Kay, me sucede algo parecido con García Marquez pero también pienso aquello de... que me quiten lo bailao, es decir, que nadie puede negar el que escribiera un libro con un lenguaje y unas historias que se nos resbalaban de puro placer entre los ojos.
De urbanita a urbanita, yepha! dos besos que te planto en las orejas! (y te quito el frío de Helsinki)
Jin, sí, debes tener razón y esa debe ser la causa de que unos sitios nos "lleguen" y otros nos parezcan tan ajenos como otro planeta. He estado en ciudades que ni frío ni calor y en otras me sentía como en mi piel.
Que en las reales y en las leídas siempre se va a tratar de eso, de entrar en mundos ajenos y sentirlos, hacerlos, propios...
Un beso viajero te va!
Lenguaraz, ya, es que tengo esa capacidad: de hacer grande lo chiquito... jeje. Pero te entiendo, cada vez las miserias cercan más a la belleza. Será cuestión de no dejarse, ratón... es una lucha que merece la pena, creo.
Esos rasgos de Estambul me los pasas en breve, a ver como lo cuadramos.
No dejes de volver, eim? Besos mientras tanto!
Antígona, sí, resulta tan complicado (imposible?) separar a veces lo leído de lo vivido! ufff. Me sucede como con los recuerdos de la infancia temprana: nunca estarás seguro de si fueron reales o te los contaron pero el caso es que los recuerdas. Ese debe ser el germen para acabar mezclando literatura y vivencias y para mí la línea es a veces tan, tan delgada... ufff. Eso y mi memoria de pez, claro! jeje.
Me he perdido con lo de Benjamín... aunque lo de Flaneur lo recuerdo por un afrencesado amigo que tengo. Sitúame, anda!
Un beso con suela de siete leguas!
Xnem, lo tengo en mente y en la libreta, apuntado en la sección "libros a adquirir" jajaja.
Iré a verlo, a ver que se cuenta.
Sabía que te iba a gustar, jeje.
Besote, pirata zascandil! (otro peor que yo)
Magnolio, la música es otra forma de dejarse llevar. A la deriva, que en este caso es la mejor forma de viajar.
Como siempre, de ida y vuelta, arbolillo muá!
Codorniu, ajá, dejarse acoplar a su holgura, como el río de Pessoa. En mi ciudad hoy tambien llueve y según venía al trabajo imaginaba otra. Hay días que no, que me basta la que veo.
Las líneas que marcan los lugares salen de nuestra cabecita y ánimo... una maravilla este cerebrito nuestro, no? A veces, eso sí, jajaja.
Un beso con corriente.
Heriberto, ya, esa misma visión me la repiten mucho, sobre todo gentes de tu lado del charco... en la mía puede la necesidad de ver con mis propios ojos y también cierto personajillo al que hace meses que no veo. Una de mis sobrinas lleva allí un tiempo estudiando y la sangre me tira, ays! jajajaja.
Pero Costa Rica está en el mapa de los próximos viajes, que lo sepas... jeje.
Un beso de mar, ese grandote!
Lúzbel, resérveme uno, please!
Yo ya casi abandoné las ciudades... A la mía voy solo de visita, y a veces me sorprende con giros nuevos, a pesar de tanta modernez de opereta... Pero soy adicto a las ciudades en los viajes... A todas ellas, por cierto... Besos... civilizados...
Nada importante, niña Margot, eso en lo que te has perdido. Walter Benjamin escribió un ensayo sobre el flaneur, el que deambula, el paseante, figura tomada de Baudelaire, para reflexionar sobre la condición del hombre moderno y su relación con la ciudad. O al menos así es como yo lo entiendo, a este tipo un tanto enrevesado cuando escribe.
¡Más besos sobre el asfalto!
Cuando era niño jugué muchas veces con un atlas histórico, imaginando viajes, aventuras, batallas. De mayor no he viajado mucho. ¿Para qué, si ya había estado?
Saludos.
Cronopio, yo abandonarla no puedo... me encanta la ciudad con su anonimato, sus distintas maneras de vivir y dejar vivir; no sería capaz de renunciar a eso. Un vez lo intenté y casi me da un siroco... aggg, jajajaja.
Beso desde la acera!
Antígona, ajá, lo buscaré... y ya te cuento! Me gusta esa figura del paseante de Baudelaire así que no estará de más leer la que mencionas.
Más y más besos!
Licantropunk, de niña yo también tenía ese juego... mi atlas era de Aguilar y tapas verdes, yepha!
Y en cuanto a viajar... a mí me apasiona hacerlo pero también es cierto que en los últimos tiempos está algo sobrevalorado, mucho, y me temo que se aprovecha poco el aprendizaje que supone. Esa huida hacia adelante, hacia ninguna parte salvo la de de decir "yo estuve allí". Ya, me pongo estupenda, verdad? jajaja. Valeee, lo dejo. Cuestión de cada cual...
Un beso!
Es curioso, yo en junio tengo unos asuntos en Colombia (completamente legales, eh). Ya nos contaremos :)
Me gustan las ciudades literarias, como ésta en la que vivo. Pero si buscara una imaginaria, me quedaría con Mágina.
Besos, Margot.
Un regalito tus letras, Margot. Ciudades, recuerdos... Y una invitación a viajar, que no es sino otro modo de alimentar el alma.
Que disfrutes, trotamundos.
Besos.
Nosurrender, ya, eso se lo dirás a todos... lo de los asuntitos legales, digo, jeje.
Intercambiaremos impresiones, sí señor.
Por dió dime de qué recuerdo, o no recuerdo, a Mágina, aggggg, ahora todo el día dándole vueltas.
Un beso, lagartón!
Dédalus, envueltas para regalo te van, te parece? incluyo globos de colores y serpentinas, va?
Un besote!!
De viendo llover en Macondo a oyendo llover en Madrid esta noche.....creo que sin duda mi favorita va a ser Toronto.....
Besos
De pronto uno construye su propia ciudad, su inmanente ciudad.
Grandes salutes.
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