Le gusta esa imagen, la que encabeza mi blog. Esa niña morena que tras un chapuzón -siempre imaginó que éste llegaría de forma inesperada y sin ser buscado- nos mira con cara desafiante, una vez de nuevo sobre la superficie y sintiéndose a salvo. Parece tener preguntas en la mirada y pocas respuestas, un cuerpo templándose lentamente que con toda probabilidad se verá recorrido por estremecimientos al resbalar las gotas frías sobre la piel y el punto de apoyo sólo sobre sus brazos.
La vida está llena de ellos, de chapuzones, unos más espinosos que otros. Algunos mojan el pelo sin llegar a empaparlo siquiera y en otros el agua anega hasta las costillas y ni las flotantes parecen poder sobrevivir, sin estar seguros de aprender otra vez a respirar. No llegan a ser naufragios irreparables pero nos hacen zozobrar o sentirnos como ese Robinson desconcertado ante la inmensidad, no se sabe si de una isla por recorrer o de la soledad que como una lanza se clava en el pensamiento y en los costados. También hay golpes de mar, los más temibles, porque llegan con un viento repentino y férreo, sin dar tiempo a sujetarse los cabos al cuerpo y es entonces cuando el dolor sabe a madera atravesada en la garganta y escuece la sal en los labios agrietados y en los ojos, incapaces de dibujar el horizonte. Estos últimos requieren de más tiempo para recuperarse, más kilómetros de costa, amontonar más granos de arena e incluso a veces se tiene la impresión de que nunca sanará el esfuerzo que supuso llegar a la orilla de nuevo. Pero un día, aunque agotados, arribamos y dejamos que el frescor de las olas nos cubra los pies. Conscientes de que ya no podremos ser los mismos porque la desconfianza al horizonte embarcará con nosotros en cada viaje, una vez aprendido el recelo hacia el confín se colará en el equipaje aun sin desearlo.
Pero ahora que las islas no le parecen tan extensas ni le asusta el desconcierto de sus distancias, o el astrolabio aprendió a diferenciar a Orión de la quemazón del sol y las brújulas no son ya de hielo por esa costumbre de identificarse con el Polo, ahora, puede adivinar la siguiente escena, el movimiento que vendrá a continuación en la imagen de esa cría que le contempla cada vez que abre esta página. Como buena nadadora sabrá aprovechar la ola tras sumergirse, por decisión propia esta vez. Y una sonrisa de goce e ironía por la vida, dirigida al mar.
Amor mío, somos hijos de la aspereza,
pero no tenemos ningún ácaro triste
en el centro del corazón.
Jorge Riechmann
27 comentarios:
Chapuzones de aguamiel, de infancia, dulces ahogadillas de gotas caramelizadas.
Chapuzones de aguatinta, de lamparón negro monocromo, chaparrones de espinas.
Chapuzones de aguanieve, de hielo cortopunzante, trombas de escamas.
Tantos chapuzones y sin embargo seguimos a flote, catando vientos y mareas.
Besos y gracias por el remojón.
Que tenga buena travesía tu destinatario.
A mí también me gusta esa imágen.
Besos.
quizás él sea aquel que tu deseas,
que se quede parando el tiempo,
sin más mundo que tu boca
y esa humedad que dan las islas
cuando se mezclan la piel y el deseo...
besos.
fr.
Precioso.Y tan cierto.
Qué bueno no tener ningún ácaro triste en el corazón,pese a los golpes :)))
Besos de agua fresca,lagartija***
Ummm Isa, me quedé imaginando todos esos chapuzones...
Lo dicho, algún día debería publicar junto a mis post algunos comentarios. Hacen que cobren vida!!
Gracias a ti, de qué otra forma?
Toro, la destinataria soy yo, ya sabes, mi manía de experimentar con las formas verbales y eso siempre lleva a confusión (que por otro lado me gusta, jeje).
Pero en este caso requiere de aclaración, sería demasiado presuntuoso ponerme en la piel de otra persona con este tipo de reflexiones. O demasiado ìntimo de ser ciertas y exponerlas aquí si no fueran mías.
A mi me gustas tú, ya ves.
Beso!!
Fernando, lo dicho... tendré que alargar mi escrito también con tus versos! sois la caña!!! jajajaja.
Un beso!
Soplillo, de aspereza acabamos siendo todos (salvo los privilegiados o inmóviles, creo) pero sí, es un lujo no acumular ácaros tristes o una toma de posición como otra cualquiera.
Beso de manantial, fresco, fresco!
La mirada no es desafiante; yo diría que es hipoclorada; eso vendría después, pero siempre con la elegancia firme que la caracteriza. Besos de pelo mojado para mi ratoncita rojilla
Sin esperar a que alargues el post...escribo....pero deseándo que lo hagas..;)¨
Él os mira...secudido, no hay duda..y nada como la posibilidad de ser inflexión y punto de encuentro como para humedecer cualquier "gana"
Cierto es que siempre se lastra (Ybris lo dijo) cualquier chapuzón, pero no por eso evitamos mojarnos-tú lo has dicho-por que el mar nos llama y la duda de que sucederá nos mueve a bañarnos.
Deseando que él o ella, haga lo "propio" ..y te cópie...sin dejarse llevar por la corriente sino por la fuerza y el impulso de los brazos que sostienen al deseo.
Estaré expectante a tu continuación...
Un beso desde el trampolín.
Olimpia.
No estoy muy segura si los golpes de mar, los que luego han llegado, fueron más temibles.
Lo pensaré estos días, ahora que voy a esos mares donde, también niña morena, ¿aprendí? a nadar.
¡Jooooo!
Tu página me conmueve y no quiero.
Que uno ya está áspero y correoso y el corazón ya lleno de ácaros tristes.
Debe de ser que entre chapuzas y chapuzones y entre chapuzones libres y forzados no sabe uno qué pensar de sí mismo.
Tabla de belleza tus palabras en el naufragio inclemente de la indiferencia.
¿Vale quererte?
Lenguaraz, tras la hipocloración vendría un "sí, y? ahora qué?" muy chulesco y algo asustado... jajajaja. Es lo que tienen las miradas, que dan mucho juego! jeje.
Beso con abrazo y virando al granate!
Olimpia, sí, tendré que alargar mi post también contigo... estais inspirados, eim? jajajaja.
Y siempre nos mojaremos de nuevo o deberíamos hacerlo, no sabemos si el siguiente remojón nos cubrirá de algas acogedoras y de conchas en el pelo... y si tocaran calamares gigantes bailándonos el agua de la risa? Cómo arriesgarse a perdérnoslo? Quiá, nunca se sabe...
Un beso con aletas pero sin neopreno, la piel al descubierto!
Magnolio, sí, lo afirmo! los golpes de mar son muchooo peores por traicioneros y poner el mundo, la vida, boca abajo... y se reconocen enseguida: por la pena, que no es igual al dolor. Te parten.
Nadas y me cuentas??? Te echaré de menos, snif. Beso en el muelle.
Ybris, mentirosillo, no puedes tener ácaros tristes, si acaso polvorientos como el resto de nosotros. De tenerlos no te emocionarías... jeje.
Y claro que vale!! es más, es un imperativo legal!! jajaja. Diré como Bryce en Martín Romaña: "uno escribe para que le quieran"... y el que diga lo contrario miente cual bellaco!!
Un abrazo queriente.
Si, no paramos de darnos chpuzones, de zambullirnos por debajo de las olas, a ver si esta vez, por fin, consigo que no me de tres vueltas, me medio ahogue y me arroge a la arena medio muerta....
besos
Hasta la respiración...hay te ha de llegar el agua..y tú siempre húmeda..besos
Diego
Es lo que tiene, querida Margot, el haber vivido ya tantas zambullidas, deseadas o no deseadas, más amables o las terribles fruto de un golpe de mar: que uno le acaba tomando la medida al agua y sabiendo que los naufragios no suelen mortales, que cada vez posee más armas con que enfrentarse a la tormenta en caso de que llegue, de que los músculos se han fortalecido con el paso del tiempo y nos permitirán bracear con mayor decisión o encontrar más fácilmente el camino de vuelta a tierra firme.
Estoy segura de que el mar sabrá recompensarte la sonrisa. Los triunfos se hicieron para los valientes, para los que han aprendido a vencer al mayor enemigo, que es ése tembloroso y atemorizado que todos llevamos dentro.
¡Un beso con gafas de buceo!
me recuerda mucho a una canción de un amigo mío. Espero que te guste. Y mira que sale guapa mi amiga Eva en el video ¿eh?
http://es.youtube.com/watch?v=qGuY6gpUNrU
Seguramente la niña morena está al borde de una piscina familiar, jugando con su colchón de aire de colores, metiéndose y saliendo del agua sin parar, porque ahí está la gracia. Pero yo nunca he querido verlo así, esa niña morena está sobre una barca plana, mientras surca un ancho río bordeado de verdes árboles y vegetación exuberante, aves zancudas blancas la sobrevuelan a baja altura con sus largas patitas hacia atrás, de tanto en vez una culebra zigzaguea por la superficie del agua limpia, por supuesto al ver aproximarse al fotógrafo oculto tras su cámara, ella que sigue metiendo la cabeza en el agua por el simple placer, también se oculta sobre sus cabellos y se pregunta. ¿te parece raro? ¿acaso no harías lo mismo que yo en mi lugar?
De un caprichoso chapuzón estuve a punto de salir cadáver, de otros metafóricos siempre me he repuesto, por eso a cada nuevo chapuzón le pongo mucho tiento.
Me voy a tender la ropa que veo que me has preparado unas cuantas pinzas azules, de esas que compro en el chino de la esquina.
Me encanta tu blog, ahora tendre un rinconcito mas en este mundo de palabras por el que perderme...
Mirar el horizonte siempre nos produce ese erizamiento de la piel debido al miedo , pero tambien es esa sensacion la que nos empuja a seguir caminando hacia el...
Un besote!!
Cabría preguntarse si está mojada porque se ha tirado al agua o porque la han tirado al agua.
Eso nos ayudaría a decodificar esa mirada.
:|
Hola Margot, paso desde Cronopio y leo tus escritos y me maravillo de todas tus palabras , a pesar de las diferencias "culturales", tantas cosas nos unen,y sí te lo dice una argentina que de chapuzones y caídas sabe bastante y no queda mas que seguir , bueno amiga rojilla , ya no estoy tan sola ,como imaginaba ;)
Un besote desde acá donde parece Macondo !
Y... ¿quién aguantará más con la cabeza bajo el agua? A la espera de la definitiva transformación en sirenas pelanduscas que atraigan con su canto a los indecisos, buceamos reteniendo el aire y ansiando el mundo anfibio que nos libere, definitivamente, de todos los temores. ¡Isla a la vista! Donde compartir lo que somos y quisiéramos ser. Besos de espera renacuaja (la espera, no tú, aunque también).
nunca sé qué decir después de tus palabras... me gustan los dédalos de tu imaginación, ese laberinto lleno de posadas imprevisibles donde uno parecería poder descansar pero... otra vez retoma el hilo de Ariadna pero se pierde, y se delecta perdiéndose... y...
Fortu, ese es el deseo al zambullirnos pero si acaba sucediendo... pues nos levantamos y sacudimos el agua y la arena. Tú llámame que me sé yo unas tecnicas de salvamento que... jeje.
Besote con algas!
Diego, que llegue el agua, ya veremos como achicarla. Un beso.
Antígona, ajá, es lo que tiene, de algo servirá el haber aprendido a respirar, me digo...
Y a ese enanito asustadizo y tembloroso que nos susurra el miedo en las venas... qué le vayan dando con el tatachín!! proclamo! jeje.
Y un abrazo que va con aletas, más rápido te llega.
Nosurrender, ummm que maravilla de video (sí, su amiga es una preciosidad). Y esa canción... jajajaja. Verá usté, un señor se puso muy pesadito con Deluxe y me dije voy a buscar algo, lo hice y al principio ná, blanditos son, me dije, que luego insistí porque en música (en casi nada pero en ella menos) no hay que dejarse llevar por primeras impresiones y ahora tenemos un buen rollito que ni le cuento. Yo tarareo y Deluxe canta...
Un besote, lagartón!! gracias por el video.
Xnem, si es lo que yo digo... a pajas mentales cada cual la suya... jeje. Pero la tuya casi que me quedo con ella también, sobre todo con eso de : te parece raro?
Con tiento y con pinzas, ajá, pirata muá. Un beso aireándose!
Fragile, gracias y pasa por la cueva cuando gustes. Un saludo!
Renton, para mí que la tiraron... malaje es la vida, a veces... cachis!! jeje
Un beso, rey moro!
Indeleble, un abrazo de vuelta. Pásate por aquí cuando gustes.
Saludo!
Cronopio, ese mundo anfibio... creo que me gusta tu descripción de él. A la espera de ese Isla a la vista!!
Vale a lo de renacuaja, jajaja.
Beso de comino (el beso y yo también)
Jin, perderse no está tan mal, y entre palabras tiene la ventaja de ser menos dañino...
Un beso!
Has descrito una etapa de mi vida pasada, aunque al día de hoy todavía intente descifrar lo que viene, aprovechar la ola y convivir con el mar. Todavía no se me fué del todo el miedo a los confines.
Besos
Esa niña que ha crecido y ha sentido tan cerca al mar, con sus caricias y azotes, con su ligereza y su profundidad, con su suave murmullo y todo su fragor, esa niña, que eres tú, puede decir que ha vivido.
Y que vive.
¡Y que viva!
Un beso, Mar-Got.
extraño: nunca, hasta leerlo escrito por tí, había visto como una niña a la joven mujer de la foto. Tal vez por la fuerza de su mirada, por la decidida atitud de su cuerpo.
Queen Margot:
Renton, para mí que la tiraron... malaje es la vida, a veces... cachis!!
Eingh?
Falso!!!
Oh, perdón, había leído Potaje es la vida, a veces...
Todo ok.
:]
Laluz, a veces no se va pero se puede disfrutar del agua igualmente. Siempre está tan fresquita...
Dédalus, HIP HIP HURRA!!! (ays, me dejé llevar por la emoción, leñe!! si es que vas provocando!... jajaja)
Beso, marino de letras.
Cacho de pan, no sé, a mí desde el principio me pareció una cría de unos... diez, once años? Tal vez un poco más pero poco. Aunque sí, tienes razón en lo de su actitud, bizarra ella... jeje.
Un besote!
Renton, lo de potaje... que sí, que a veces también, no hay días en los que te sientes como un garbanzo revuelto con judías y algo perdido en el caldo? jeje.
Beso, resalaó muá.
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