Recuerda el Callejón del Gato y sus espejos cóncavos. Sí, todo se va en recuerdos últimamente pero no es eso o no sólo eso. Y es consciente de que cuando escribir y recordar se pliegan ante ella la vida deja de existir, o lo que se entiende por vida, somos seres discontinuos, leyó en algún lado. Ya ha pasado otras veces, hubo épocas similares en las que necesitó detenerse y recordar no fue traer, fue llevar, tratar de encontrar el punto en el que el cordón se enredó entre los pies y el tropiezo pesó. O será una excusa porque nunca encontró el cabo ni el nudo pero al menos sirvió para volver desde otro punto y con cordones nuevos. No existe la certeza de que esa posibilidad no se vuelva remota con los años, reencontrar no es encontrar pero de cuando en cuando resulta mucho mejor.
O algo así era.
¡Max, no te pongas estupendo! decía al mirarse en aquellos espejos y entraba la risa floja. Y había collages en cada esquina y los pájaros de la sorpresa aguardaban a ser vistos. Le gustaban esos pájaros y los echa de menos, tal vez sea lo único que echa de menos porque la sorpresa en sí no cuenta, es la agitación de un cuerpo frágil y diminuto entre los dedos quien sí lo hace, un colibrí que revolotea rápidamente y el cosquilleo en la palma y su calor. Ese pájaro es el que no ha de dejar de buscar. Por eso ha vuelto a recortar trozos de papel y los pega sin pensar formas en un cuaderno nuevo, de flamantes tapas negras con un cordoncillo rojo que auna sus hojas, un tic literario que adoptó hace ya muchos años y que ahora aparece de nuevo. También el fetichismo con los útiles de escritura o sus baúles porque nunca pudo saber dónde acechaba la mudanza y era mejor que fueran fácilmente identificables entre el marasmo. Y se detiene a mirar cada hoja tratando de adivinar entre esas formas inconscientes y automáticas que hay en ellas y si despunta el pájaro. Y puede ver asomar un ala o apenas un plumón desdibujado pero es él, jugando, enseñando el pico y desapareciendo rápidamente. Su naturaleza no pude ser otra, salvo la de risa silenciosa y cómplice que dura apenas el momento de esbozarla. La misma de sostener un colibrí entre las manos antes de que el deseo de volar le impulse de nuevo.
Aunque ahora parezcan pesar más los espejos del esperpento al no saber quien refleja su imagen deformada. Porque el pajaro huyó asustado pero es posible que vuelva, tan fugaz como siempre.
(Los espejós cóncavos del Callejón de Gato se encontraban en Madrid, al menos hasta hace unos años. Valle- Inclán los mencionó en Luces de Bohemia junto a su teoría del esperpento)
Y la ciudad palpita con horario de oficina, camino con los cordones desabrochados y las maneras de vivir son sólo mías. Canta Quique González y yo con él. Este chico tiene ritmo y algunas letras que...
10 comentarios:
Sí que a veces es necesario y recomendable detenerse y traer algo de la memoria, aunque sólo sea para charlar con ello por unos minutos. ¿Somos seres discontinuos? es muy posible, y me alegro de ello, de no ser constantes ni lineales en nada, esperando siempre encontrar el reflejo más sorprendente al otro lado del espejo.
Un abrazo!
India, no sé si es necesario pero a mí me pasa, mientras no sea grave... que a estas alturas ya no creo. Y no me gustaría ser lineal, agggg, por eso se me quedó esa frase al leerla que mira que mi memoria no es de esas. Te beso desde el espejo y a ver que sale. A dormir que mañana madrugo para irme de río, que caló hace!! uffff
es tan importante detenerse de vez en cuando, aunque no encontremos el cabo y rabo de la maraña que nos hizo tropezar. al menos, uno tiene la lucidez de saber qué fue lo que lo hizo caer.
lo de los espejos cóncavos es todo un tema para mí. Allí, desde la óptica, las imágenes aparecen en forma virtual e invertida. Estudio sobre el tema en mi seminario.
me gustaría saber más sobre Valle-Inclán y su mención en Luces de Bohemia.
besos
Claro que somos discontinuos, yo lo soy tanto que ya no sé cual de todos soy.
Tampoco me importa mucho, ya aprendí a huir de las etiquetas y de sus hipotecas.
El pájaro volverá verdad?
Besos.
"Seres discontinuos, individuos que mueren en una aventura ininteligible, pero nos queda la nostalgia de la continuidad perdida"
¡JOLIN, que ya les vale!
Tanto sabio griego, español, francés o de su madre. Todo el día con el sentido trágico a cuestas y sin dar palo al agua.
Margot, tú a lo tuyo, ni caso. Deja a los pájaros inciertos de la sorpresa, a los que vuelven y se van para siempre (que les den).
Olvídate (hoy sólo,eh?, no fastidies) de las letras, los espejos (cóncavos y convexos),lánzate de cabeza al rio, báñate y ¡plasta! ¡plasta!.
Luego, cuando te mires en él, nos cuentas: ningún esperpento. Seguro.
Muás.
El otro día vi uno de esos colibríes. Tamaño abeja pero con el pico...
Besos coleópteros
El nombre, detenerse me parece necesario, es como parase delante de un semáforo antes de que te atropellen, no? jajaja.
Si quieres te paso cosas sobre él aunque no sé si te servirá. El esperpento de Valle se refería más bien al "problema español", una pregunta recurrente a finales del S XIX entre nuestros escritores. Si quieres puedes buscar Luces de Bohemia, es teatro pero a la manera del señor Valle que era una manera muy particular... ufff. Besote y ya me contarás si te busco algo de él.
Toro, si es que ser discontinuo mola, toro! qué aburrido sería ser siempre igual con nosotros mismos y respecto a los demás!
En cuanto al pájaro, esperemos, Torito, esperemos... cualquiera sabe!! va a su bola el muy puñetero!! Besote que te va!!!
Magnolio, claro, qué lista eres tú!! pero fue llegar al río y liarme con los griegos y hala, otra vez montada!!! jajaja (que noooo, que disfruté como una cría chapoteando y haciendo el canelo en las rocas!! jeje).
Hoy no hay esperpentos... ajá. Acaricio tus ramas, las tres!
Y ahora me las piro al Reina Sofía que hay una expo muy maja de fotografías y luego a tomar el vermucito por las tascas... alguien se apunta? que besossssss
Persio, que no te ví esta mañana!! iba volá, ays!
Qué hiciste con él? a ver si era el mío y lo has asustado del todo... jajaja. Un beso!
Pensé en caleidoscopios y sorpresivos besos...
no sé, fue algo intempestivo.
gracias a tu post.
gracias, margot.
recién vuelvo a tu casa, y encuentro con tu respuesta.
si lo buscas, lo agendo. porque hassta el verano, no tengo tiempo para nada.
beso
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