Frota un pie contra el otro, el cansancio a estas horas carga de azogue los pies y nota un zumbido en la cabeza, saturada ya por el humo y las conversaciones cruzadas a lo largo de la noche. Ella sigue allí, sentada al otro lado de la barra, bebiendo despacio una copa y clavando su mirada sobre las botellas que se apilan enfrente de la barra, ni una sola vez se han cruzado sus ojos. Hasta ahora el ajetreo de la noche no le ha dejado pensar, ni ha querido pararse a ello pero al sobresalto que sintió al verla entrar se han sucedido vistazos que aumentaban su inquietud. Entre copa y copa servida ha estado observándola, reconociendo en la otra el gesto de fruncir los labios antes de llevarse el vaso a la boca, el mismo que ella repetía cada vez que bebía, la forma de mover los pies en el taburete, más acusado el balanceo a medida que el aburrimiento de las horas pesaba sobre ellos, y la sonrisa distraída pero cortante que respondía al acercamiento de algún cliente ofreciendo un comentario absurdo o la invitación a otra copa. El vestido negro y el collar de plata que llevaba eran los mismos que había imaginado ponerse para su próxima cita y el mechero con una imagen de Betty Boop que jugaba entre sus manos era, sin duda, el que había perdido hacía dos días e insistía en rebuscar entre sus bolsos. La extrañeza había ido dando paso a la curiosidad morbosa de verse reflejada desde fuera, de poder ver lo que los otros podían ver en ella, sin la cortapisa de unos ojos que no pueden más que volcarse hacia dentro si de sí mismos se trata. No podía estar segura de si esa mirada triste correspondería exactamente a la suya pero recordaba que hacía dos días, al contemplarse en el espejo, se sorprendió ante el reflejo de sus ojos marrones, desvaídos y sin el pelaje de una sonrisa. Impaciente miró el reloj y paseó su mirada por el bar que poco a poco se iba vaciando. En los que quedaban podía adivinar el pasmo de los que no tienen donde regresar, animales vapuleados por el empeño que pone sobre sus lomos la intemperie y el alcohol. El mismo frío que sobrecogería sus huesos una vez echado el cierre y sus pasos, uno, dos, otro, sobre las calles sorteando orines y vomitonas trasnochadas, camino a casa.
Cuando el último cliente se hubo ido se cambió de ropa sin ninguna prisa, se encontraba agotada y la expectación y el temor entorpecían sus manos. Cuando salió Ella estaba esperando junto a la puerta, sin hablar le ayudó a bajar los cierres. Le gustó el calor que transmitía su mano al coger la suya y todavía sin mirarse, comenzaron a caminar calle abajo.

La mía se la comió el gato, ¿y la tuya?
21/7/08
Sin reflejos
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31 comentarios:
Me voy unos días a dejar volar mi espíritu de croqueta: vuelta y vuelta rebozada en arena.
Me esperan las calitas de Menorca y mi cuerpo serrano al sol y a la vaguería más absoluta, nada de prisas. Os traigo algo?
Besos muchos y con sal!!
te vas con la otra de la mano?
me gusta el lazo volador
hermosa imagen, muy bello texto
Con que vuelvas tú me doy por satisfecho.
Besos.
Según te leía -con los ojos flojos de regusto, ya sabes- más pensaba en que era con reflejos lo que dices sin reflejos.
No me extraña el calor transmitido por sus manos.
Pásalo bien y vuelve nueva.
Sé feliz hasta el aburrimiento.
Besos.
Besos,lagartija viajera***tráeme
un vidrio rodado de ésos, de color verde.Me encantan :)
ais! y yo SIN REFLEX!
Esto del bicing acabará conmigo, o me dará salud.
Ah! El body lenguaje.
Te cuento, hace unos años, bastantes compré un libro en Circulo de Lectores sobre lo que dice el cuerpo cuando nosotros no queremos decir nada, una publicación seguramente dedicada a vendedores, ellos mas que otros desean saber si están perdiendo el tiempo o no al abordar a la señora a puerta fría para venderle la enciclopedia de 30 tomos o la super aspiradora de a 3.500 (euros). Depende de la reacción inmediata ya sabes si venderán o no, yo no quería vender nada a nadie, pero me interesaba mucho que dice la gente con sus manos, con sus pies, con la mirada. Y si pones un poquito de atención esa es la respuesta no lo que se contesta.
Una vez mas me encantó la foto, sería usted una muy buena editora. Lo del fondo ¿es un cementerio?
A mí, como a tí, me encanta ayudar a echar el cierre.
Unas veces desde fuera.
Las mejores desde dentro.
Un beso.
Pete Vicetown
trenos de vuelta tu alegría...besos multiples por donde quieras.........
Está muy bien escrita esa pincelada, Margot. Con oficio...
Que tengas unas estupendas vacaciones y te dores por fuera y te llenes de sensaciones por dentro.
Menorca... ¡ufa! ¿Y cuándo dices que vas?
Besos, Margot.
oye nena, cuidado con lo que haces con la arena, eh! :))
hasta pronto, croqueta!
traenos el mar a Madrid, anda. Y no te olvides allí las alemanas en tanga, eh.
Beoss y buenas vacaciones
Un texto bellísimo, y te vas. Bueno, con dejarme esto, para mí basta.
Besos y que descanses
Pues, con que traigas las palabritas que te llevas me parece ya un regalo abundante. Si es con pelaje de sonrisa, mejor.
Disfrútalo, Calamity.
Un besote, Flanagan cuidando el fuerte.
A mí, una ola del mar!!! Please!!!
Sabés? Dejé un comentario que se va a parecer mucho a éste, en otro blog, y parece que estoy viendo en varios post el mismo tema (con mis ojos -los del alma-)
El tema del doble, del otro que nos habita... Suena como lo unheimlich, lo siniestro: lo familiar que se presenta como extraño...
Y de ahí la angustia que dice presente cuando éso que debía estar oculto, hace su aparición súbita, sin previo aviso... A ésto me ha llevado leer tu precioso texto -es una perlita!!!!-
Freud hace un estudio respecto de la palabra unheimlichkeit, que en alemán, es lo extraño, lo hostil, lo tenebroso... y en ese estudio, encuentra, que desde la lingüística, la definición de unheimlich es lo que es heimlich, es decir, lo que está en el punto del heim, lo cotidiano, la casa -con todas las connotaciones posibles-
Da ejemplos de la literatura de Hoffmann: "El hombre de la arena", "Los elixires del diablo"...
Un temazo, interesantísimo para chusmear...
Y que vos lo titulaste "Sin reflejos".
No te muerdas más la lengua, Margot, soltá todo, que está buenísimo!
Besos, traeme la ola, y pasala bomba!
Qué bonito, Margot. Yo sí voy a pedirte que me traigas algo: más de esto que escribes. ¡Trae cantidades industriales! Suelo quedarme con el párrafo final, pero hoy me quedo con todo... sobre todo con la idea. Me encantaría verme tan claramente en otra persona y mirarme con los mismos ojos con los que miro a los demás. Adivinarme mi vida o intentar hacerlo, descubrirme en otra persona.
Y el final es genial.
Te esperamos por aquí, yo ya he vuelto.
Parece que no coincidimos en nuestros ajetreos... Yo acabo de llegar y ya me voy, pero antes leo los cuatro post que llevaba de retraso, y veo que con Venezuela te va pasando lo mismo que a mí me pasa cada vez... ¡Aquí estamos y aquí seguimos! Yo y mi doble te esperamos, aunque también te llevamos con nosotros... ¡Muuuchos besos!
Extraño porque también a mí tu relato me ha evocado cosas parecidas a las que apunta El nombre. Sólo que en este caso lo siniestro, ese doble de uno mismo que no puede dejar de inquietarnos, que representa la imagen en el espejo que nunca querríamos ver, acaba trocándose en esa mano cálida que nos coge, en compañía, en alivio de nuestra soledad.
¿Será que en el fondo los otros que nos habitan, con quienes no en pocas ocasiones andamos a la greña, o quizás incluso por definición si tanto nos cuesta convivir con la multiplicidad que somos, son nuestra mejor compañía? Eso sí, si acaso, cuando vienen a tomarnos de la mano y la aceptamos reconfortados. Que no siempre pasa, claro.
Envidia me dan esas calitas de Menorca y el espíritu de croqueta al sol. Disfruta y tráenos un soplo de aire fresco, ¡que aquí nos estamos achicharrando!
¡Un beso en rebozo!
Traiga todo lo que le quepa en el cuerpo desnuda.
Ummmmmmmmmmh!
Mi Menorca! cuantos años sin pasar por allí; Macarella, Macarelleta...
Esta si que me ha dejado boquiabierto: fantástico texto. Enhorabuena, de verdad.
Saludos.
¿Otro viaje?
Joer...
Te escribo a la vueltita
Mucho mejor que pasen los días sin adioses, que llegue este nuevo lunes para casi decirle ¡Hola! a ese espíritu de croqueta - ¿Cuantos tienes ya? - que seguro llega rebozado en otro montón de ellas y, sobre todo, de Ello.
Usted ha sido premiada por brillar.
Hermoso texto.
Disfrute de la croqueta.
Tráeme una buena dosis de 'irresponsable libertad' propia del verano, que este año me quedo en tierra...
PD: Me gustó 'leerte'...
Marga-Margot se desdoblo....ohhhh
Besos duplicados
Fortu
Jaja yo tambien acabo de venir de Menorca....
Suele ocurrir....que esa imagen tan nuestra en el espejo del otro deja de ser-nos, para que otro/a la posea.
Cada vez que te leo...eso quisiera, poder absorver toda la luz que emanan tus palabras y ser el sin-reflejo de la emoción que trasmites.
Que consigas aburrirte hasta la hartura del descanso.
Olimpia.
Vaya! Justo ahora que venía yo de descubrirte.
Por cierto, me encantó el relato, manejas bien el misterio, enganchas y dejas un final abierto.
el 30 dice;
tic tac tic tac
me gustó el relato, sobre todo el tono y las distintas perspectivas narradas desde un solo punto de vista. Propuesta interesante y bella imagen. Saludos,Margot.
Buen descubrimiento he hecho visitándote.
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