Transparencias

He escrito estos versos para que vuelvan los dioses.
Ricardo Reis.

Hoy fue día de libros y huecos, hoy me tomo el hueco, te dices y te arrellanas en él. La Feria del Libro me gusta así, una mañana de diario, estantes llenos de libros donde pararse sin empujón o incordiar al resto, charlar con el vendedor y sonrisas, ojear y hojear sin premura. A Pio Baroja le han cambiado de sitio, perdón, señor Pio, de la esquina aquella del Retiro acogedora y verde le han plantado, plantado parece, en otra esquina ya fuera del parque y al menos yo le ví ceñudo. Ya no podremos jugar al escondite con él, ni pensar que su bufanda nos abriga. El Botánico sigue en su sitio después de tanto tiempo y hoy la primavera tuvo nombre, entre hojas de gingo y olores suaves. Regresando en el tren me sentía como una cría con tebeos nuevos y tuve que contener las ganas de abrirlos todos para evitar así el ruido de las bolsas de papel y la expresión embobada del puro gusto.
Escribo contra el miedo me cuenta Pizarnik, el miedo a callar, a no hablar con palabras verdaderas continua Ada Salas y la voz grave, ajena a nosotros de Leopoldo Panero desde que decidió perderse en una tangente esquiva, la que llaman locura, habla del fruto sin ojos en donde el alma no sueña. Gamoneda decide unirse una cabeza vive, busca mis ojos, piensa, en el mundo y me susurra que cada distancia tiene su silencio y su descanso.

Y sé que sin embargo en este momento no, que debo darme voz a mí misma y no a ellos para empezar a escuchar a quienes me hablan. Me cuesta salir del silencio, ese silencio que consiste no en no hablar sino en no decir nada pero a veces hay luces amarillas que todo lo tapan y existen animales que fueron deslumbrados por ellas en el páramo. Desde hace poco tiempo el deseo de abandonar la guarida es apenas un temblor que sube por las mejillas, las aletas de la nariz estremecidas ante el olor del musgo fresco, un verso que aún no tiene nombre pero que me paso el día tarareando. Y creo que daré con él.