Lucy no está en casa

Tenemos un problema, para no variar. Sigo insistiendo y ya nadie me hace caso, ¿me lo hicieron alguna vez? Mejor dejemos eso, no es cuestión de ponerse rencorosa ahora. Ya ves, no es que sea nada mona y porque lo nuestro nos costó llegar al Sapiens Sapiens aunque tú hayas decidido quedarte en el Erectus, corazón mío, y está bien, cada cual elija su postura erguida pero mis antepasados ya sabían controlar el fuego cuando nací, y eso marca, aunque no lo creas, marca. Pero el resto hace lo suyo en tu testosterona, soy consciente, a estas alturas ya sí. Y claro, mira que desenvuelta, que morro tiene y que soltura. Y cuando habla tan libertaria ella, aunque un pobre Australopithecus, sí, a estas alturas ya has caído de género, suele pasar, no te preocupes, siempre confunda ese término con libertina -¿dónde nos sitúa esa palabra? ¿qué necio se la sacaría de la manga entre inciensos y mirras?- le encaja más en su arco superciliar, tan prominente pero estrechito él, tan mono, de nuevo mono. Y repito lo de los Unos y Atila, el jefe de la manada, pero ni por esas, a pesar de que te diga que la era de las estepas ya pasó y no tiene mayor sentido que pasen por mi vida, menos por mis sábanas tan de colores y olorosas ellas, que además de puta pon la cama, te viene a la cabeza, ya sé, esa cabecita que en este momento no puedes situar muy bien porque he mencionado la palabra puta tras hablar de sábanas y el resto se perdió en algún estrato del yacimiento, así es la vida del paleontólogo, triste, muy triste. Y te vuelvo a repetir, lo sé, te cuesta, porque además llevo un buen escote, mala leche tengo, que si quieres intercambiamos conocimientos, que falta les hace a nuestras respectivas tribus, la complicidad enriquecedora nunca fue lo tuyo, ¿eh?, pero que si hablamos de fluidos nanay y que la Evolución es jodida, ya, qué me vas a contar, pero el Creacionismo más.

Por casa tengo un manual, varios, ¿Ardrey? ¿Darwin? ¿Childe? Entre el clavel y la rosa su majestad escoja. O tú más.