Matrioskhas

Hoy se levantó punki, no es de los peores días. Es molesto sobre todo cuando se levanta diva, esos días no hay quien la soporte, ni ella misma, pero es que la boa de color rosa provoca desde el respaldo de la silla, y sin apenas vestirse va y se la calza y ¡zas! ya está liada, a partir de ahí el gesto altivo, el porte recio y los pies de puntillas . Se le pasa en cuanto se mira al espejo y ve el rimel corrido y el pelo de punta, entonces se cuenta que es una cabaretera desdichada y una pizca de glamour existencial acecha en sus ojos hasta que le da la risa. Pero hoy no, hoy la mirada se fue tras las botas de cordones y a continuación vino el resto: la camiseta de los Clash medio destrozada, el pantalón con el bajo desparramado y frente al espejo valoró seriamente hacerse un piercing esa misma mañana, ahí en la ceja, que es donde más le gusta. Descartado porque entre sus mútiples fobias (¿en qué momento de su vida o del mundo la palabra manía fue sustituida por ésta otra mucho más contundente? ) se encuentra la de salir corriendo ante una aguja, aunque sea de hacer punto. Sin embargo hay muchos días que se levanta con voz de blues aunque ella preferiría el ragtime por aquello del ritmo y el origen e imaginarse en una taberna al lado del río cantando en tono susurrante y repletas de humo las horas y las risas. Pero no, el blues es otra cosa.
A ver si mañana se levanta coplera y se pone al mundo por montera, ¡ou yeah!

O con un poco de suerte se levanta ella misma... empiezo a echarme de menos, sinceramente, Marga.

y que quiera o no quiera yo el olvido,

has de seguir viviendo con mi vida.

Qué extraña sensación esa certeza.

Abelardo Linares