tag:blogger.com,1999:blog-51227024581029773452024-03-13T12:55:42.108+00:00LENGUAS MORDIDASLa mía se la comió el gato, ¿y la tuya?Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.comBlogger158125tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-50787259247424268482009-03-26T11:57:00.003+00:002009-03-26T12:16:04.395+00:00De hasta ya veremos<p align="justify">Estos días suena Iturralde con insistencia, me pongo pesadita cuando tengo un nuevo disco que me gusta. Leo a Stegner y su <em>En lugar seguro</em>. Un libro en el que aparecen palabras como decencia, virtud o conocimiento; parecen nuevas de poco oídas en estos tiempos nuestros. También amistad, una amistad a lo largo de los años en la América de entre guerras. Sea como sea también me tiene embebida.<br /></p><p align="justify">Guardo unos cuantos escritos en remojo, dejándolos secar al sol, por ver si se curten bien y aguantan el paso de los días. M. va ilustrando los que ya recogí de las cuerdas y a mi vez yo pongo palabras en algunas de sus imágenes. Proyectos que podrían parecer literarios de no ser porque me encuentro de nuevo con la amistad de la mano. A veces pienso que no deja de ser una forma más de entretener a la vida con nuestros juegos: mi cuarto de juegos siempre fueron las palabras, el suyo las imágenes. Así desde que teníamos 15 años y toda una existencia por delante entre las dos. Se ve que hay cosas que no cambian o que no nos apetece cambiar. Me pregunto, si funcionan… ¿para qué hacerlo?<br /></p><p align="justify">El ovillo, alegre y dulce, sigue tejiéndose en calma, los días transcurren soleados con viajes a la vista y el caos, de momento, se mantiene quieto, sin aullar.<br /></p><p align="justify">Y me parece que es tiempo de poner una pausa a mi andadura en esto de los blogs. No sé si se trata de una despedida, un hasta luego o sólo un cambio de página. El tiempo lo dirá, como suele avisar de casi todo.<br />Y aunque siga rezongando contra el siempre y el nunca como es costumbre en mí -los absolutos casi nunca expresan la realidad- creo que por ésta vez un <em>hasta siempre</em> o un <em>hasta ya veremos</em> bastará… </p><p align="justify"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5317467730419871570" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 267px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SctwukhHb1I/AAAAAAAAAns/Ace_lMcHiTI/s400/bay_channel.jpg" border="0" /></p><p> </p><p><br /> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com62tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-80696820079907277382009-03-10T12:27:00.008+00:002009-03-10T14:06:53.098+00:00De paseo<div align="right"><span style="color:#663366;"><strong>Amor mío, amor mío,<br />el tiempo de Al Capone ya ha llegado,<br />es otoño y martes,<br />y cotiza en bolsa el miedo.<br /></strong></span></div><br /><div align="right"><span style="color:#663366;"><strong></strong></span></div><br /><div align="right"><span style="color:#663366;"><strong>Y alguien está haciendo<br />un estruendo terrible con la muerte,<br />golpeando entre sí los esqueletos.</strong><br /><br />Julia Otxoa </span></div><br /><div align="left"><span style="color:#663366;"></span></div><br /><div align="left"><span style="color:#000000;"></span></div><br /><div align="left"><span style="color:#000000;"><p align="justify">Fue por la mañana, un sábado. Las manos y los pies desproporcionados de Rodin paseaban -no, éramos nosotros quienes paseábamos a su alrededor- camino arriba por el Paseo del Prado. Los árboles se veían más verdes -engalanados, dirías, puntualizando mi caótico lenguaje- por la luz del sol que durante semanas se nos había ocultado, jugando al tris-tras con la nieve y el viento. Bien, los árboles se veían felices, las manos y los pies de Rodin también se veían contentos –sentí el mismo impulso de siempre, tocar, pasando la mano suavemente sobre la dura superficie de la escultura, cerciorarse de su tacto. O del mío a su contacto; pero suele haber señores con mostacho y canana que miran de forma esquinada. Mejor no lo hagas, sé lo que estás pensando, te dicen con esa mirada- y casi todo parecía en su sitio.<br /></p><p align="justify">Casi. Siempre hay un casi pero es algo que no podemos evitar. Debe ser la naturaleza del caos. Como tu lenguaje, me dirías de nuevo.<br /></p><p align="justify">Y para no habituarnos en exceso al destello de la luz -no conviene- nos metimos en la exposición de las Sombras. Comprobamos que la sombra no logró su razón de ser hasta el SXX, son intencionalidades más contemporáneas o eso debieron pensar nuestros antepasados pintores. Así que la exposición adquirió su fuerza y belleza en la galería de las Descalzas, no en el Thyssen. Eso nos pareció. Y además la primera es gratuita…<br /></p><p align="justify">Allí conocí los cuadros de Felix Nussbaum, de Rockwell Kent. Lo siniestro agazapado bajo la apariencia de un tranquilo orden. Los inicios del S. XX se parecen a los inicios de este siglo nuestro, pensé.<br /></p><p align="justify">Y comprobé, de nuevo, que el saco de lo que desconozco está cada vez más lleno, comparado con ese otro de aquello que sí conozco. A veces es desesperante. Pero es entretenido jugar a igualarlos, eso sí.</p><br /><p align="justify"></p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5311536058235874706" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 309px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SbZd5zrT7ZI/AAAAAAAAAnU/kBZK_1GETrg/s400/rockwell_kent.jpg" border="0" /></span></p></div><br /><p><span style="font-size:85%;">* de Rockwell Kent</span></p><p></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-9406626338335847482009-03-05T12:09:00.002+00:002009-03-05T12:16:35.813+00:00Otra de gruñidos<p align="justify">Como os dije en el anterior post -y una nunca puede estar segura de si pareció una amenaza; suele serlo el arrogarse un interés que tal vez no tengáis. Pero así es este mundo de los blogs y no lo inventé yo, palabra- me apetecía hablar de otra impostura.<br /></p><p align="justify">No es que los Oscar tengan categoría de imprescindibles en mis gustos pero sin duda son el hada madrina que convierte cualquier película en un éxito de taquilla. Sin obviar las críticas tan obtusas que he leído en los últimos días acerca de ella y que me han dejado pasmada. El mercadeo manda pero yo suelo olvidarlo con facilidad. Y olvido aún más el entusiasmo al que puede conducir si uno se queda en la superficie de un mensaje y un mal hacer.<br /></p><p align="justify">Slumdog Millionaire resulta un fraude desde cualquier punto de vista. Y lo es por la credibilidad, la nula credibilidad, que ofrece su historia. No basta decir, al menos a mí no deja de parecerme un argumento sin sentido, que narrar un cuento de hadas es precisamente eso, jugar con la fantasía y la posibilidad de lo irreal. Pero incluso para contar una historia irreal es necesario contarla bien, que no fuerce el engranaje, y ahí es donde entran mis problemas. Al menos si hablamos de cine para adultos -¿y eso qué es?- y pretendemos que no nos tomen el pelo con bellas imágenes y una realidad que a fuerza de terrible conmueve las fibras más sensibles. Y todos las tenemos.<br /></p><p align="justify">El hecho de que un niño de las chabolas, analfabeto y sin ninguna posibilidad de cambiar su mundo, gane el premio de un concurso cultural (el primer crujido: las preguntas. En ese tipo de concursos aumentan su complejidad en relación al dinero a recibir y la última pregunta, con la que el protagonista ganaría 20 millones de rupias es de libro, para partirse de risa por su facilidad; ¡sin olvidar que las respuestas que da el protagonista a las mismas, se producen de forma cronológica relacionada a los hechos de su vida! Qué tino tiene el destino, amén) y termine encontrando a la princesa de sus sueños, en una ciudad con miles de millones de habitantes, entre idas y venidas de malos, malotes e injusticia social, me hace preguntar cómo semejante guión se pudo colar en una productora si no es a golpe de talón y una calculada operación de marketing. La misma operación que supone el desembarco de las producciones de Hollywood en un país llamado La India. Y la única explicación posible para el aplauso que el gobierno hindú ha tenido hacia la película, a pesar de aparecer en ella un cuerpo de seguridad del Estado habituado a la detención ilegal y las torturas o la infamia que supone para un gobierno exponer así la situación de una población infantil como la narrada. Ni una queja, qué complacientes.<br /></p><p align="justify">La misma complacencia, imagino, que esperan de nosotros para digerir el resto de incoherencias en la historia. Otro ejemplo: al final de la película el protagonista dice ser analfabeto, algo que ya intuíamos viendo su biografía, y en una de las escenas aparece buscando un número de teléfono móvil en un ordenador, con destreza y rapidez sorprendente. No sólo le vemos buscando, es que lo encuentra. Lo dicho, el destino y su sino nos vuelve a dejar de piedra. Qué capacidad y yo sin ser consciente de él.<br /></p><p align="justify">Y a pesar de todo lo contado: de una historia mal narrada y tramposa, de un montaje calculado como una operación económica y política para los tejemanejes de Hollywood, de sentir que me toman el pelo como espectadora y como, se me supone, ser pensante y sensible… a pesar de todo esto y el consiguiente cabreo que provoca en mí, no puedo evitar pensar que lo peor, lo más indigno, no deja de ser que tras ver unas imágenes que levantan la piel -la injusticia, la tristeza, la miseria moral y económica- se apagan las luces y todos felices y calmados a casa, a nuestros quehaceres, porque el don nadie pobre y vapuleado por la vida, una vida más propia de una rata que de un ser humano, puede hacer reales sus sueños.<br /></p><p align="justify">Y el héroe siempre triunfa y la gloria está ahí y el destino está escrito, amén.<br /></p><p align="justify">Cuando las únicas opciones comprensibles en su vida, de animal acorralado y de sobrevivir a su infancia, serían la de convertirse en un mal nacido rabioso o darse a la lucha armada. Aunque también le quedaba la de participar en una película y que a su final le paguen un sueldo irrisorio y le saquen de las calles tras pasearle por una alfombra roja. Con esa, imagino que no contaba.<br /></p><p align="justify">Otra impostura, tan indecente. </p><p align="justify"><br /> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-64992551597525417152009-03-02T10:07:00.008+00:002009-03-03T09:13:37.868+00:00Imposturas y gruñidos<p align="justify">La casualidad ha querido que se juntaran en el tiempo, mi tiempo, dos imposturas actuales, dos formas de verlas y expresarlas. Ellos lo expresan, la visión de impostura la pongo yo, muy dada a buscarlas y encontrarlas, paranoica que es una.<br /></p><p align="justify">El viernes pasado terminé el libro de Amelié Nothomb, <em>Biografía del hambre</em>. Me lo regalo I. y suelo leer con interés sus recomendaciones, en su descargo diré que él no lo había leído previamente, se trató de uno de nuestros regalos a la aventura, lo que me permite no tirárselo a la cara y seguir respetando su criterio. Menos mal, le quiero un montón. Durante algún tiempo venía leyendo elogios hacia la obra de esta belga afincada en Francia pero nunca me decidí a leer ningún libro suyo, tal vez por eso, el exceso del elogio siempre escama mi nariz literaria. Y ayer leí en el País semanal una entrevista suya, que consiguió carcajearme del todo. Tampoco es tan extraño, su obra se publica en Anagrama y el Grupo Prisa tiene poco empacho en colarnos sus “descubrimientos” a tornillo, basta con leerse su cultural para saber de qué hablo. </p><p align="justify">En esta entrevista hablaban de un estilo directo, provocador, nihilista con unos contenidos que expresan, no, el término que utilizaba el entrevistador era <em>radiografían</em>, nuestros tiempos. Si es así, apaga y vámonos, nuestros tiempos entonces están peor de lo que yo pensaba, y ya lo pensaba mucho. La comparan con Houellebecq y me da otra vez la risa, donde este escritor pone el dedo y la llaga, esta señora pone el dedo, un dedo francamente onanista, eso sí, y no existe llaga, salvo la suya, que aún me pregunto de dónde proviene y adónde va. Terminé el libro de esta misma forma: preguntándome hacia dónde quería dirigirse la autora y vive dios que ni por asomo lo intuí. Su estilo más que directo es ramplón, de provocador tiene poco, que no sea el ponerte de mala leche al comprobar que las perplejidades de una mocosa contadas por una adulta no dejan de ser igual de infantiles si se enmascaran bajo una supuesta intelectualidad. La pobre niña sufre como una condenada hasta el extremo de caer en una anorexia profunda (en la última década no existe escritora que se precie y con éxito editorial, que previamente no haya caído en la enfermedad y no nos cuente su terrible drama alimenticio de una forma u otra; que no aparezca pizpireta y con aspecto adolescente en la portada de su libro, a pesar de superar los treinta o los cuarenta) y el caso es que por más que intentas no logras alcanzar las razones o causa de su sufrimiento por ninguna parte. Vale, puedo entender que la hija de un diplomático, moviéndose de un lugar a otro, sin carencias económicas o afectivas, allí donde los nativos del lugar se mueren de hambre y penalidades, sin mostrar ni ápice de compasión hacia ellos o hacia cualquier hecho ajeno a su mundo de princesa destronada, debe desgastar mucho pero no veo la razón para contarlo y no morirse de vergüenza al hacerlo. Me enseñaron, mal imagino, pero me enseñaron, que cuando lo que vas a contar puede resultar hiriente o estúpido es mejor callarse, no hacer alarde de ello. Se ve que los padres diplomáticos no practican esa enseñanza y tal vez de ahí venga su sufrimiento, es posible.<br />En fin, el libro es tan poco verosímil -a pesar de su carácter autobiográfico, o eso nos venden- vacuo e infantil que me pregunto cómo ha podido convertirse en una autora de éxito alguien con tan poco que contar y cómo una expresión tan vacía haya podido convertirse en el significado de nuestro tiempo. En el signo sí, es el signo de nuestro tiempo. Ahí de acuerdo, tanto como confundir lo uno con lo otro.<br /></p><p align="justify">Con hambre me he quedado yo, con hambre de una buena novela. No todo está perdido, de algo sirvió.<br /></p><p align="justify">La siguiente impostura irá en el próximo post, no quiero aburriros. Acerca de la película Slumdog millionaire o como convertir en cuento de hadas la más terrible realidad y todos tan contentos.<br /></p><p align="justify">Nada que ver:<br />Ha muerto Pepe Rubianes. Que sus átomos sigan declamando desde las ramas de cualquier árbol. Ojalá. </p><p align="justify"><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com29tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-40527024615473056632009-02-19T08:31:00.013+00:002009-02-19T15:36:22.905+00:00Vuelos<p align="justify">-Hola, vengo a quedarme, te dije. Y un siglo tampoco pide mucho para sí, basta verlo transcurrir. Soy de poco comer y mucho sentir, no te saldré cara.<br /></p><p align="justify">-Perdón, ¿es aquí donde se quiere? Me dices. Y miras tiznando mis manos. Abro la puerta y el tizne queda en el picaporte. Sobre este papel también.<br /></p><p align="justify">Me cuentas que las grullas han iniciado su camino al Norte, ayer mismo. Y en breve, tal vez mañana, puede que hoy, las golondrinas vendrán del Sur. Vaya trasiego, pienso yo, bártulos de un lado a otro con el único ánimo, natural, de que la primavera empiece a desenredarse el pelo. Sólo nos quedará cazar polillas para alimentar a cada pájaro suelto, revoloteando por la habitación, sin dejarlos parar para que no se posen sobre los cuadros, arañando los marcos.<br /></p><p align="justify">Pero los pájaros tienen mala prensa, traen el presagio del miedo, hay quien dice. Una tontería como otra cualquiera, existen demasiadas, todo el mundo sabe, debería saber, que el presagio del miedo es una corriente de aire frío llevando de la mano una pesadilla.<br /></p><p align="justify">Por eso yo sigo tus espaldas y doy la vuelta al aire, mientras contemplamos a los pájaros. Sé que es una estrategia momentánea, con fecha de caducidad pero en este tiempo no se me ocurre que otra cosa mejor hacer.<br /></p><p align="justify">Sigue siendo tiempo de vida. Y mañana será otro día. </p><br /><br /><p align="justify"></p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5304438255634007266" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 266px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SZ0mfUgOxOI/AAAAAAAAAnE/2jFIx6cdHeQ/s400/12348146nJ.jpg" border="0" /><br /><br /><p align="justify"></p><br /><br /><p align="justify"></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-52842754428265728532009-02-11T09:54:00.005+00:002009-02-19T11:36:07.220+00:00Teoría King Kong<p align="justify">Es posible que su autora, Virginia Despentes, escritora francesa, antigua punk, antigua prostituta, antigua directora de película porno (sólo una: <em>Fóllame</em>), es posible digo, y sólo posible, que resulte demasiado directa, demasiado franca y batalladora para éstos tiempos nuestros. Es también posible que su lenguaje ofenda, o que sus conclusiones sean aún más ofensivas para hombres - pero sobre todo mujeres, ya veremos- asentados en esta nebulosa de revolución femenina que pudiera parecer tal pero que hace tiempo se reveló como lo que realmente es: el mismo discurso dominante de siempre pero maquillado en derechos, que hace de nosotros seres adormecidos, convencidos de haber conseguido todas las prebendas necesarias del primer mundo y encima no se me queje. Los mismos parias de la sociedad, sin género, pero complacidos de sentirse alguien por tener alguna protección y consumir sin tino. Sólo que si eres mujer el engaño es aún más sangrante, doble dominación.<br /><br />Pasen, pasen y vean y luego hablamos…<br /><br /><span style="color:#663366;">Porque el ideal de la mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demasiado éxito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentación, que parece indefinidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirugía estética, madre realizada pero no desbordada por los pañales y las tareas del colegio, buen ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deberíamos hacer el esfuerzo de parecernos, aparte del hecho de que parece romperse la crisma por poca cosa, nunca me la he encontrado en ninguna parte. Es posible incluso que no exista.<br /></span></p><p align="justify"><span style="color:#663366;">Después de unos años de buena, leal y sincera investigación he acabado llegando a esta conclusión: la feminidad, puta hipocresía. El arte de ser servil. Podemos llamarlo seducción y hacer de ello un asunto de glamour. En general se trata simplemente de acostumbrarse a comportarse como alguien inferior. Entrar en la habitación, mirar a ver si hay hombres, querer gustarles. No hablar demasiado alto. No expresarse en tono categórico. No sentarse con las piernas abiertas. No expresarse en un tono autoritario. No hablar de dinero., No querer tomar el poder. No querer ocupar un puesto de autoridad. No buscar el prestigio. No reírse demasiado fuerte. No ser demasiado graciosa. Gustar a los hombres es un arte complicado que exige que borremos todo aquello que tiene que ver con el dominio de la potencia. Charlar es femenino. Todo lo que no deja huella, que se vuelve a hacer cada día, que no lleva nombre. Las pequeñas cosas, las monadas. Pero beber: viril. Tener amigos: viril. Ganar mucha pasta: viril. Querer follar con mucha gente: viril. Responder con brutalidad a algo que te amenaza: viril. Hacer el payaso: viril. Llevar ropa práctica: viril. Todas las cosas divertidas son viriles, todo lo que te hace ganar terreno es viril.<br /></span></p><p align="justify"><span style="color:#663366;">¿Querer ser un hombre? No me interesa el pene, ni la barba, ni la testosterona, yo tengo todo el coraje y la agresividad que necesito. Pero claro que quiero todo lo que no puedo tener, quiero obtener más de lo que me prometieron al principio. No quiero que me cierren la boca. No quiero que me digan lo que tengo que hacer. No quiero que me abran la piel para hincharme los pechos. No quiero tener un cuerpo de adolescente al llegar a los 40. No quiero huir del conflicto para esconder mi fuerza y evitar perder mi feminidad.<br />Qué maravilloso es ser mujer: joven, delgada y con posibilidad de gustarle a los hombres. Si no, no hay nada maravilloso en ello. Es simplemente el doble de alienante.<br /></span></p><p align="justify"><span style="color:#663366;">Pero también escribo para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no saben pelearse, los que lloran con facilidad, los que no son ambiciosos, ni competitivos, los que no la tienen grande, ni son agresivos, los que tienen miedo, los que son tímidos, vulnerables, los que prefieren ocuparse de la casa que ir a trabajar, los que son delicados, calvos, demasiado pobres como para gustar, los que tienen ganas de que les den por el culo, los que no quieren que nadie cuente con ellos, los que tienen miedo por la noche cuando están solos. </span></p><p align="justify">Si algo hemos aprendido, deberíamos al menos, es a reconocer que casi todos -habrá quien se encuentre satisfecho con las cosas tal como son, no digo yo que no, aunque el discurso de ese tipo de personas me aburra hasta la saciedad- estamos ceñidos a un traje que nos provoca escoceduras. Pero el problema no somos nosotros, es el diseño y su (in)utilidad. Encima no nos sintamos culpables, vuelvo a decir yo.</p><p align="justify"></p><p align="justify"></p><p align="justify"></p><p align="justify"></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-12662176241460649122009-02-05T08:26:00.006+00:002009-02-05T08:43:30.580+00:00Miradas<p align="justify">Se cruzaron en poco tiempo, persiguiéndose uno al otro, me pareció, y sus imágenes con ellos. Una forma de entender la fotografía como documento vital, causando esa emoción que supone mirar la autenticidad de una historia, un instante - autenticidad que no es del todo cierta porque viene viciada por la mirada de otros ojos: los del propio fotógrafo y la intención que pone en ella- pero que te hace apretar el estómago cuando estás delante de la imagen, pensando que se trata de tu propia mirada y no hubieras caído en la cuenta. Hablábamos J. y yo que en fotografía la emoción que produce la belleza, así, sin más, se sostiene en ella misma, en arquetipos por todos reconocibles que mueven nuestra mirada domesticada hacia una concreta sensibilidad pero que lo asombroso es captar la belleza donde no la hay, ni puede haberla a simple vista, en aquello que nos parte, un estremecimiento de soledad o miedo, la imagen sin artificios, sin cohetes que explotar: intensidad que atraviesa el cristal y llega. O una pequeña narración captada en un momento. Tal vez sea eso, me gustan las narraciones y en fotografía me interesan también ellas, imágenes que cuentan una historia o que me permite pararme y contármela yo. Ya sé que debéis saberlo, la prueba está en las fotos que ilustran este blog.<br /><br /></p><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299227720505968946" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SYqjiQipSTI/AAAAAAAAAmk/vi2CbqZYg5E/s400/20081023elpepucul_15.jpg" border="0" /></p><p align="left"><span style="color:#663366;"><strong><em>En mis fotos se ve exclusivamente lo que hay. Es posible que eso descorazone a mucha gente. </em></strong>García Alix.<br /></p></span><br /><p align="justify">Primero fue una mañana de domingo en el Reina Sofía, acompañados del gusto perezoso que estira las horas de ese día. Para encontrarnos allí con el mundo de García-Alix, un mundo no siempre agradable de pararse a contemplar, triste, brutal en ocasiones, con la ternura de manos callosas que pone en algunos retratos, de autorretratos que expresan la soledad de un tipo a la que nadie desearía enfrentarse de estar en su sano juicio y mucho menos detenerla en el tiempo con una imagen, otras divertidas, con un halo de ironía, provocadoras sin más algunas pero todas con una historia que evocar al estar delante de ellas. Mucho se ha hablado de su condición de "fotógrafo de la Movida" pero como cualquier otra etiqueta, tan vacía de contenido y absurda que ni merece la pena pararse en ella, su talento hubiera brillado en cualquier época. Porque García- Alix retrata su vida, su momento, sin pudor, buscando aquello que le permite contarse, <em>esto es lo que hay, tú verás</em> y esa ha sido una actitud que siempre he respetado, la falta de contemplación y adulación hacia el que mira. Una actitud valiente en el artista, eso creo. Luego llegó la noche de Reyes y J., a modo de rey mago, puso bajo el ficus el libro <em>Moriremos mirando</em>. Disfruté leyendo de las alucinaciones vitales de García-Alix, visiones extremas con el mismo mensaje: ya ves, no me disculpo, tampoco me quejo. Y una buena escritura, reflexiva, poética en ocasiones. Aunque los capítulos en los que hablaba de su pasión por las motos me los salté alegremente. </p><p align="justify"><br /></p><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299228405801550930" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 314px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SYqkKJd2BFI/AAAAAAAAAms/RCPY1xx_RSw/s400/aevans4.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#663366;"><strong><em>Lo que expreso incesantemente desprende una pureza, una simplicidad, una inmediatez, una claridad que se obtiene por la ausencia de pretensión al arte. Es una conciencia aguda del mundo.<br /></em></strong>Walker Evans.</span></p><p>En ese libro hablaba de Walker Evans con admiración y pasión hacia su trabajo, <em>el deseo de seguir mirando gracias a él</em>, y al poco una exposición de este autor en Madrid, unas cien fotografías. Otro domingo mañanero, aún más frío que el anterior. No nos decepcionó, la misma emoción, desnudos los ojos que nos miraban a su vez desde las imágenes, ásperas y palpables. Gentes de la Habana, de New York, de la América rural y abandonada de los años treinta, la desesperación y pobreza del gran crack, instantáneas tomadas en el metro, caras, expresiones, luz... tantas historias por contarme, por imaginar y el estómago y sus nudos al pararme en ellas. </p><p align="justify">Pasará un tiempo hasta que desee volver a alguna exposición fotográfica, aún tengo las retinas y mis bolsillos llenos con sus formas de mirar.<br /><br /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-69393746556335948932009-01-28T12:25:00.004+00:002009-01-28T12:48:45.065+00:00Marejadas<p align="justify">Un <em>día de enero</em> es una fecha como otra cualquiera, muchos ese <em>día de enero</em> pasaron por mí, o yo por ellos. Pero hubo uno que sólo sucedieron cosas buenas, bellas diría un poeta, los poetas, ya se sabe, tal vez hubo más de un <em>día de enero de sólo cosas buenas</em> pero yo no consigo recordarlo, pasaría, pasarían si fueron más de uno, hace muchos años. Quién sabe si ese <em>día de enero de sólo cosas buenas</em> que no consigo recordar, disfrutó de una de esas tardes en las que mis brazos extendidos ayudaban a mi madre a desenredar madejas, que luego serían preciosas chaquetas de lana esponjosa, con rombos, porque mi madre gustaba de rombos, y el dolor de los brazos -fatiga, decía ella, se dice fatiga, nena, que el dolor es diferente, el dolor entra y no sale hasta pasado un buen tiempo- y debía tener razón porque en cuanto bajaba los brazos desaparecía el dolor. Fatiga, quiero decir. Pero como no consigo saber si fue o no así, sólo puedo estar segura de tener ahora, en mi vida, un <em>día de enero en el que sólo pasaron cosas buenas</em>, durante todo el día, desde que me levanté hasta que al final me acosté, desenredando otra madeja. Y provocó fatiga pero una fatiga distinta porque sentí que no me apetecía extender ningún miembro para calmarla, y fue entonces cuando pensé: ya está, otra madeja, así, sin venir a cuento, y la picazón de la lana suelta vino a posarse en la punta de mi nariz a pesar de que las sábanas eran de algodón. Y yo no podía saber si se trataría de una madeja por siempre enredada o si conseguiría hacer un ovillo aparente de ella, un ovillo con prestancia, del que sentirme orgullosa y sacar a pasear los días de lluvia o de sol. Y en esas estaba cuando él, el otro cuerpo enmarañado como yo, me abrazó para dormir, tan cansados, fatigados, estábamos, y me vinieron a los ojos, así de cerrados, apretados hasta que duelen los párpados, un montón de presagios en los que ya no creía desde tanto tiempo atrás, un tiempo triste de medusas varadas y sin madejas fue aquel, mejor no recordarlo, y el cabo del hilo, del que empezaba ya a ser ovillo, se me quedó temblando entre los dedos y pensé que si esta vez tiraba de él, el ovillo embozado a nosotros crecería también, todo estremecido y con fuerza.<br /></p><br /><p align="justify">A ese <em>día de enero de sólo cosas buenas</em> le sucedieron otro días de marzo o abril, quién sabe si de noviembre, es posible, hasta este otro <em>día de enero que sólo sucedieron cosas buenas</em> por segunda vez, un año después, mientras un ovillo lustroso recorría las calles de Segovia junto a dos locos que se perseguían uno al otro, hondos y tibios, tirando de sus cabos. </p><p align="justify"> </p><p align="justify"></p><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296324939814710642" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 326px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SYBTeLyyrXI/AAAAAAAAAmc/R5oSULdwHEs/s400/pm-33072-medium.jpg" border="0" /><br /></p><p align="center"><br /><span style="color:#663366;"><em>Lo que dura un beso,</em> imagen de García Alix<em>.</em></span></p><p align="center"><em><span style="color:#663366;"></span></em> </p><p align="center"> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-3256735354979855222009-01-22T09:06:00.003+00:002009-01-22T09:13:40.171+00:00Pasmos<p align="justify"><span style="color:#663366;"><em>(...) la mayoría de la gente parece hipnotizada. Agarran las palabras que están en el aire y las usan como si fueran plumeros con los que, en lugar de quitar el polvo, matan el silencio, tan importante para poder reflexionar, para no hacer daño, y lo llenan de porquería, el aire, de basura en suspensión. El polvo, las palabras, después de jugar un rato a la luz del sol, no tardan en volver a caer y lo hace sobre ti, sobre todos aquellos que te rodean (...) la falta de piedad y de tacto del que habla de esa forma, la estupidez del que abre la boca sin pararse a razonar, sin elegir cuidadosamente las palabras, día, tras día y que sin nadie a su alrededor se asombre. Debes escoger las palabras con las que alimentarte tú mismo, con las que das de comer a los demás.<br /></em><br />Berta Vias Mahou. Los Pozos de la Nieve.<br /></span><br />Palabras que vuelven, que van, de cabeza al horno, en rincones detenidas, memorias aletargadas y llegan dolientes, a veces cantan, de cuero curtido si raspan como espinas desairadas, de madrugadas insomnes y ese cajón medio abierto que es la noche de los sueños en trance, abismos, sed de llama ardiendo ante un papel, que respiran asfixiadas por la lejanía del que calla, que abren los ojos o cierran oídos, no quiero escuchar más, cállate, no hay mucho que decir, háblame, dilo otra vez, el deseo en susurros, el sonido encadenado a una piel, la hondura del eco del odio, del amor, la respuesta inesperada, soy pregunta, ¿y?, la verdad de las cosas – y si existiera, ahí esperando sobre ellas- , la brisa del aliento, la longitud de quien deja caer una semilla, el gesto ciego del que busca, el verso concreto, el cavar de los sentidos, las cenizas, las brasas, la añoranza limpia...<br /><br />Y parecería que… las palabras. Alimentándome - saben a cebollas dulces- y la precisión de su rastro cuando las dejo caer sobre otros, para que no chirríen como postigos rotos.<br />Y sin embargo.<br /><br />Aprender, toda la vida en ello. </p><p align="justify"> </p><p align="justify"></p><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294042904311731810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SXg3-PEtlmI/AAAAAAAAAmM/i0kcY7mglRo/s400/aa08cfa64e4b63cce535d5cea167c432_large.jpg" border="0" /> </p><p align="center"><em><span style="color:#663366;"><strong>Nuestras palabras<br />nos impiden hablar.<br />Parecería imposible.<br />Nuestras propias palabras.<br /></strong></span></em></p><p align="center"><span style="color:#663366;">Pedro Casariego Córdoba</span></p><p><span style="color:#663366;"></span> </p><p><span style="color:#663366;"> </p><p align="center"><br /></p></span>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-64285186199399709522009-01-15T17:01:00.006+00:002009-05-25T09:55:56.190+00:00Nidos 6<p align="justify"></p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291567756777510018" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 270px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SW9s1r-iVII/AAAAAAAAAmE/11cHXoa1o0o/s400/chicas.bmp" border="0" /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-77276381440223882462009-01-08T11:11:00.005+00:002009-01-08T11:37:25.377+00:00Librepensadores<p align="justify">La asociación de Ateos y Librepensadores (palabro y concepto bonito donde los haya, éste último) han iniciado una campaña publicitaria en los autobuses de Barcelona y Madrid. En ella se difunde la idea de que la existencia de dios no es necesaria para obtener la felicidad. A mí me hubiera gustado un eslogan algo más cañero, para que engañaros si además me vais conociendo, algo del tipo: <em>de creer en algo intangible que sea Spiderman, luce traje de diseño; o en los pitufos, podrían hacer juego con tus ojos</em>. Por ejemplo.<br />Por lo visto los Evangelistas ya han respondido a su vez con una campaña similar contrarrestando con la idea contraria y es de esperar que en breve lo hagan Legionarios de Cristo, homeópatas, budistas y hasta el brujo africano que, amablemente, me ofrece su tarjeta de presentación a la salida del metro de Gran Vía. Otra cosa no, pero tocar el pensamiento mágico moviliza a la población que da gusto.<br /></p><p align="justify">Nunca ha dejado de resultarme sorprendente que en este mundo nuestro la defensa argumental tenga que hacerse desde la no creencia, que sean los que no creen o tienen fundadas dudas quienes “demuestren” la no existencia de un ente superior y mágico porque la existencia se da por válida, por arte de birlibirloque y por la tres-catorce. Te sacas de la manga un principio llamado Fe que contradice cualquier pensamiento racional o lógico y ya lo tienes: el argumento indestructible capaz de permear la necedad convirtiéndola en Ley. Y luchar contra una Ley tan absurda e inconsistente es imposible, como hemos podido comprobar a lo largo de siglos, la simplicidad nunca ganará la partida a la complejidad. Eso es lo que yo llamo una buena baza: tener de su lado la pereza mental que caracteriza la naturaleza humana. No quiero adentrarme en ese otro que supone el miedo ante la inevitablidad de la muerte y bla, bla, bla… el principal motor de las creencias es la ignorancia, el desconocimiento, con o sin miedo. El temor es sólo una excusa que oculta la anterior.<br />Reconozcámoslo, el pensamiento científico no es algo que se enseñe en las escuelas ni se practique en nuestra sociedad. Las lagunas que la mayor parte de nosotros mantiene sobre el mundo de la ciencia, son más que lagunas, océanos y sin embargo existe un método científico basado en la veracidad, en la demostración de hipótesis, en la comprobación y la necesidad de pruebas que confirmen o refuten cualquier teoría. No empecemos, no estoy dotando a la Ciencia de una invulnerabilidad que no tiene, la Ciencia está pensada y llevada a cabo por seres humanos, nosotros, con todas las limitaciones que eso conlleva y son muchas, no sólo las referidas al pensamiento sino a la ética y los intereses mercantilistas. Sólo aseguro que a mayor conocimiento veraz menor número de falacias pueden convencernos, que el análisis de lo que nos circunda y el pensamiento crítico e individual es necesario para protegernos de un mundo descabellado donde ideas sin ningún fundamento nos convierte en esclavos de cualquier mercachifle. Que la preponderancia del pensamiento mágico nos habilita para acabar creyendo cualquier teoría o movimiento por estúpido que éste sea o dañino que nos resulte. Y que por contradictorio que nos parezca existe más magia y asombro en la formación de un átomo, en la de las cordilleras, que en cualquier idea irreal y fantasiosa. Eso sí, requiere un esfuerzo para llegar a ella. Es ese el verdadero problema y no otro. Esa es la fuerza de la religión y las pseudociencias, nacidas al calor de fundamentos indemostrables, tales como el creacionismo, la parapsicología, el psicoanálisis, la astrología, homeopatía….<br /></p><p align="justify">La cuarentena del pensamiento es algo muy sano y el escepticismo también. ¡Dele, sea sano! Y luego crea en lo que quiera pero al menos inténtelo. </p><p align="justify"><br /> </p><p align="center"><span style="color:#663366;"><strong><em>No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer.<br /></em>Carl Sagan</strong></span> </p><p align="center"></p><p align="center"><br /> </p><p align="center"> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com35tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-50062845553485356012009-01-02T14:44:00.005+00:002009-01-02T15:02:35.555+00:00Puente<p align="justify"><em>De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente</em>, así empiezan todos los años, como todos los días, pero al ser humano le gustan las fronteras, los puntos de partida, las metas y las banderas, los antes y los después, por gustarle le gustan hasta los <em>que hubiera sido si…</em> extraño entre los tics extraños. También los un, dos, tres, ya…<br /></p><p align="justify">Pero ayer, que fue ayer y no otro día, me levanté como la reina de los mares, cantando dónde están las llaves y caminando sobre las aguas, que sí que yo también puedo, divina soy cuando me obligo, encharcando la tarima que de tantos caprichos acuáticos se ha levantado por los rincones y provoca tropiezos en las visitas. Me apetecía aderezar la escena plantándome la boa rosa y los zapatos de lentejuelas pero él me hubiera mirado con esa cara de <em>vale ya, ¿no?, déjate de gansadas bíblicas que nos esperan para comer</em> y a punto estuve porque mira que se pone guapo con esa gota de censura en la expresión pero el pijama hubiera deslucido el conjunto y no había tiempo de vestuarios a lo Gatsby, rabillo alargado en el ojo. Y lo del champán con fresas será muy glamuroso y más adecuado esta mañana, no digo yo que no, pero me apetecían un par de magdalenas, sin Proust, please, que era un señor muy serio y algo pesado en sus descripciones, dejándolas caer sobre la leche y desmigajando el inicio del día. Y suena la Novena porque sí, porque deseo ese puente para hoy, resbalando los dos por las notas y flotando por el río que hace un momento apenas era un arroyo, hubiera jurado, y que sí, que el barro de tu cuerpo todo lo trastoca, o que eres orilla, la mía, así que deja de mirarme así que yo no tengo la culpa de que de pronto un par de petirrojos salpiquen sus plumas como si tal cosa sobre ti y un pez payaso cambie de color, despistado él, imitando el rojizo caoba de la mesa.<br /></p><br /><p align="justify">Como os decía… que nos lleve la corriente. Pues eso. </p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286707942500107810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 293px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SV4o3Q_0hiI/AAAAAAAAAlo/GAKEqP1L1Lo/s400/poles_2.jpg" border="0" /><br /></p><p></p><p align="center"><span style="color:#663366;"><strong><em>Era posible un cuerpo como lecho de río.</em></strong></span></p><p align="center"><span style="color:#663366;"><strong><em>Légamo fresco en que tenderse.</em></strong></span></p><p align="center"><br /><span style="color:#663366;"><strong>Ada Salas</strong></span></p><p align="center"><strong><span style="color:#663366;"></span></strong></p><p align="center"> </p><p align="center"> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-82156696555880455712008-12-18T15:06:00.005+00:002008-12-18T15:20:07.565+00:00Deseos<p align="justify">El <strong>bonobo</strong> pertenece al género de los chimpancés. Camina erguido un 25% del tiempo y sus rasgos faciales están más diferenciados que los del chimpancé común. En cautividad se les considera más inteligentes que éstos últimos y su comportamiento social presenta grandes diferencias: los bonobos conforman un matriarcado y no se sienten inclinados por comportamientos hostiles, siendo el sexo su forma de comunicación social incluso en la resolución de conflictos. No forman relaciones estables entre ellos y no existe discriminación sexual ni por edad ni por género. El único tabú existente parece ser el de las relaciones sexuales entre madres y sus hijos adultos. Y descargan sus tensiones practicando el sexo en grupo. No existe intimidación o fuerza y su vida social solidaria sigue sorprendiendo a los investigadores: es la de las especies más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día habitan la tierra. Se dan jerarquías sociales pero en ellas los individuos no tienen un rango tan determinante como en otras comunidades de primates.<br /><br /><strong>Mosuo</strong> es una comunidad en las montañas al sudoeste de China, de origen mongol. Su sociedad se organiza en forma de matriarcado.El grupo familiar está formado por una mujer, sus hijos, su madre, sus hermanos, sus hermanas y los hijos de esas mismas hermanas. Tanto los hombres como las mujeres cambian de amantes con frecuencia. Cuando se enamoran -y esto es igual en Buenos Aires que en China-, el amor reclama exclusividad. Nunca vivirán juntos, pero establecen el matrimonio andante donde el hombre se encuentra, por las noches, a solas con su amada. No los unen el dinero ni los hijos -que siempre se crían en casa de la madre-, ni siquiera el sentirse parte de la misma familia. Se mantienen enlazados sólo por el afecto, así que cuando éste desaparece nada los liga y se separan. De todas formas, la situación de los hombres está lejos de ser desesperante. Carecen de responsabilidades, trabajan mucho menos que las mujeres y pasan la mayor parte del tiempo reunidos con sus amigos jugando al majong. En esta sociedad el dinero no se convierte en el eje de sus actividades y aunque aspiran a una finca próspera no les interesa hacer fortuna. Es una comunidad hospitalaria y sin grandes hostilidades.<br /><br />No hay más, cada cual saque sus conclusiones, jeje.<br /><br />Pero teniendo en mente los días que se nos acercan y el año que, a la vuelta de la esquina, nos amenaza con oscuros presagios, sólo se me ocurre desearos<br /><br /></p><p align="center"><strong><span style="font-size:180%;color:#993399;">¡¡Resistencia bonoba!!</span><br /><br /></p></strong><br /><strong><p align="justify"></strong></p><p>Disfrutad por las rendijas, siempre hay alguna.<br /><br /></p><br /><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5281148453677771570" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 382px; CURSOR: hand; HEIGHT: 267px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SUpoibORKzI/AAAAAAAAAlg/3TL-ifYS9NY/s400/JPhC%25202.jpg" border="0" /></p><p></p><p></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com29tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-66380879665024612812008-12-11T15:41:00.004+00:002009-03-18T15:48:35.787+00:00Nido 5<p align="justify"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5278558939394836690" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 309px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SUE1Y2yXiNI/AAAAAAAAAlY/t1VpCQ-St7c/s400/glaneurs_de_charbon.jpg" border="0" /></p><p><br /></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-17069115979811360582008-12-03T14:39:00.008+00:002008-12-03T16:28:20.762+00:00Probabilidades<p align="justify">Es probable, casi seguro, que hoy toquen a desvarío. Hay días que una se levanta con sensación de botón desabrochado y por más que intenta encajar en el ojal no hay manera, ni lo encuentra, y lo mejor en estos casos es dar rienda suelta a los pensamientos sin buscar su acomodo, en remolino que salgan, se pierdan y encuentren cobijo. Si son capaces que no voy a hacerlo todo yo. A veces me cansa esta dependencia mutua, si os soy sincera.<br /></p><br /><p align="justify">O también que anoche, noche de gineceo-bar, tomaste más cervezas de las esperadas, no fueron muchas pero nos hacemos mayores, queridas mías, quién nos ha visto y quién nos ve -nos vemos nosotras, ¿te parece poco?- De ahí gineceo y no aquelarre, estamos perdiendo facultades a medida que las canas y los amantes se quedan a vivir en nosotras, que hasta de barnices prescindimos, y echamos de menos la improvisación de otros días, aquellos días hace ya tanto -que no, que fue ayer mismo, deja de incordiar- y ancha era la noche y las aceras y nuestras ganas de no pertenecer, merodear tan solo, ¿recordáis? -Que sí, que sí recordamos- pero míranos ahora, satisfechas, al menos por el momento que nunca se sabe de las traiciones y desubicaciones del tiempo, o sí, sí se sabe, ya supimos, por eso disfrutando de este intermedio dulce en el que desembocó aquel paseo por las calles. Y más tarde, arrebujadas con el frío en la marquesina del bus, prometer solemnemente la letanía : <em>nada de visitas al Ikea con ellos en fin de semana, como cualquier parejona de esas…</em> y las risas, de nuevo las risas de eternas díscolas sin propósitos de enmienda , sin domesticaciones. Aunque hace años que eso ya no sea cierto nos quedan rendijas desde las que imaginar que escapamos, voy pensando mientras subo a casa y me arroja una sonrisa el espejo del ascensor, altanera y socarrona. El presente puede obligarnos, el único que puede hacerlo, pero no evitamos echar mano de cualquier estrategia para engañarlo. Y aunque por un momento es posible que pensemos haber encontrado el centro de la silla, no podremos estar seguras porque nosotras nunca fuimos de las que confiamos en el suelo, cómo para hacerlo en una silla y su equilibrio. Y cuál era, es, ese.<br /></p><p align="justify">En un par de días, ellos (mis pensamientos) y yo tomaremos camino a Gijón. Expectantes ante la idea recordamos que el frío allí, en el Norte, huele mejor, y su aliento a mar y manzanas os sienta tan bien, señora mía. Gracias, guapetón. Las que usted tiene.<br /></p><p align="justify">Y a todo esto, sigo sin encontrar el ojal, con las horas que son ya. </p><br /><p align="justify"></p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5275574131603241346" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 265px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/STaauLRzeYI/AAAAAAAAAlQ/g7XC--ttFbY/s400/howdidido2.jpg" border="0" /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-21605848621336761842008-11-26T11:34:00.009+00:002008-11-26T12:33:05.839+00:00El geógrafo esdrújulo<p align="justify">El protagonista es un geógrafo loco, que desea encontrar el hueco donde hacer desaparecer la realidad. La protagonista pide a su padre, un físico loco, que le consiga una barra espaciadora gigante para así crear sus espacios en blanco. Los dos se mueven entre líneas que marcan las hojas escritas, podrían ponerse una tras otra hasta crear una carretera, un espacio propio, una senda que les obligara a continuar al margen de la Realidad, el monstruo que traga al amor cuando éste juega a tragarnos.<br /><br />El protagonista siente miedo, toda su vida sintiéndolo, desde aquella infancia que relata con el temblor que marcaba el no ser nunca el elegido en los juegos, los recreos buscando el hueco. Ese hueco.<br /><br /><strong>La escala de los mapas de Belén Gopegui</strong>, es la novela.<br /><br />Todos buscamos un hueco, de forma menos literaria, sin duda. La vida en esdrújulas sería más divertida, me dices. Y un <em>“no, tú eres alternativa. Yo sólo soy un raro”,</em> y me río con el deslumbramiento que provocan tus máximas en mí. El <em>caléndario</em> de los días se nos llena de pájaros -sólo esdrújulas- y la alegría ante el absurdo dibujado por algo tan insignificante como una tilde descolocada. Mira, cómo tú y yo, <em>descolócada</em>. Me cuesta pronunciarlo pero hago un esfuerzo por ti.<em> </em></p><p align="justify">- Eso es amor ¿no? - Quizás, me respondes. </p><p align="justify">No se me ocurre la forma de convertir el amor en esdrújulo pero debe haber alguna. En alguna latitud, seguro. <em>Esquímales</em> del amor, <em>bosquímanos</em> del sexo. </p><p align="justify">- ¿Te parece bien? - Mejor, mucho mejor.<br /><br />Los escépticos sólo pueden creer en amores esdrújulos. Alborotando planes y sentidos. Persiguiendo cuerpos y pensamientos dentro de un <em>pentágrama</em> que acaricia con el candor de las metáforas o el de las fábulas contadas a sí mismos. Prendidos de las coordenadas de un mapa mental ajeno, tan incomprensible a veces.<br /><br />Otras: - Tú mi órbita. – Y tú la mía, no te digo...<br /><br />Y así les va bien.<br /><br /><br /></p><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5272937683892118066" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 334px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SS084uMpIjI/AAAAAAAAAlI/AhnJAwiA3IQ/s400/bd1.jpg" border="0" /> </p><p></p><p> </p><p> </p><p> </p><p> </p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-61382002188895351982008-11-18T09:57:00.007+00:002008-11-20T14:49:16.821+00:00Variaciones Riechmann<p align="justify">Si no se nos quedaran los ojos grandes, de tanto posar la mirada sobre mesas de trabajo, caras anónimas, adoquines, vallas, aceras, señales, de tráfico y no intuitivas, semáforos altaneros o escaparates con maniquíes sin escorzo. En fin, ningún grifo abierto donde, como digo, dejar correr la mirada por el caño, buscando sitio y que no se conviertan en ojos de cristal, maquinales en el reflejo opaco del que echa un vistazo.<br /><br />Si las manos no se nos quedaran grandes de posarlas sobre superficies, de tacto perezoso, de urticaria ante el plástico, ajenas a la carne tan maleable y cálida, convertidas en guantes mojados que pesan sobre la piel e incomodan y cómo ponerlos para no sentir el frío del encontronazo con la humedad. Si fuera posible, como digo, dejarlas quietas sobre el amante o el pelaje revuelto de un gato, el plumón revoltoso de la almohada, con el bullicio de las polillas y sus quehaceres al estrellarse contra las bombillas y volver a lanzarse, por obstinación y dignidad.<br /></p><br /><p align="center"><em><span style="color:#663366;"><strong>Elaboramos ensayos<br />tejados de teología<br />adaptamos bragueros seguros de vida<br />y muerte valores eternos<br /><br /></strong></span></em><br /><p align="center"><em><span style="color:#663366;"><strong>tantos amuletos contra el desamparo<br /><br /></strong></span></em><br /><p align="center"><em><span style="color:#663366;"><strong>y los hermosos racimos<br />de manos sobreexpuestas<br />entre los ojos y la luz<br />apenas los logramos atisbar.<br /></strong></span></em><br /><br /><p align="justify"><em><strong>Rengo Wrongo</strong></em> de <strong>Jorge Riechmann</strong>; regalo de J que en los últimos días ocupa el espacio de los poemas y recuerda que <em><strong><span style="color:#663366;">Wrongo evoca a veces aquella pegatina alemana de los años ochenta: “no tienes ni la menor oportunidad pero ¡aprovéchala!.”</span></strong></em><br /></p><p align="justify">Y así (o asao).<br /></p><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5269947774553115202" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 269px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SSKdlF8ZSkI/AAAAAAAAAaI/25Z2uUavbwc/s400/show_cuba.jpg" border="0" /><br /><br /></p><p></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-41735934776719878452008-11-11T09:30:00.007+00:002009-03-18T15:48:58.228+00:00Nido 4<p><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5267330164885783538" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 286px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SRlQ4KC3g_I/AAAAAAAAAaA/_tLZwGXrXhc/s400/31296c826396075359491fc542eab8af_large.jpg" border="0" /> </p><p></p><p></p><p></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-51224604154560141402008-11-03T15:52:00.005+00:002008-11-03T16:04:28.723+00:00Léxico familiar<p align="justify">Lo que no se nombra no existe, eso parece y con esa apariencia ya basta. Vayamos más lejos, comentamos J y yo este sábado, incluso el nombre elegido para nombrar entre los muchos posibles, puede variar la percepción, la enseñanza que cada uno tenga del concepto o la cosa nombrada.<br /><br /><br />De ahí la necesidad de ampliar nuestro léxico, de abrir el abanico por designar, de llenar tu mundo de diferentes atributos, matices, rasgos, signos. Enlaces a mundos ajenos: el de los otros.<br /><br /><br />De ahí mi aborrecimiento hacia los términos políticamente correctos, uniformados, nombrar la realidad desde una sola orilla -la de occidente-clase-media-majos-de-la-hostia-nosotros- hasta hacernos creer que no existe otra posible, limitando el lenguaje y con ello el conocimiento de lo que sí existe más allá de nosotros – casi todo aunque lejano-.<br /><br /><br />Esta mañana comencé el libro <em>Léxico Familiar</em> de Natalia Ginzburg. Una novela que narra sus recuerdos a través del diccionario familiar, las expresiones que marcarán una forma determinada de entender el mundo, de contemplar con los ojos de los primeros atisbos nombrados por otros, los padres y hermanos. Como un hilo tejido en la palabra hasta conformar un paño familiar y único. El libro es una delicia en su sencillez, en las correspondencias entre expresiones y personajes (familiares, puesto que es una novela que se escribe sobre recuerdos. Como la propia autora advierte, no es ficción) descritos. Y me ha sido imposible no pararme a tratar de recordar y enumerar las expresiones que llegan desde mi infancia, que han seguido sucediéndose a lo largo de los años en las reuniones familiares, en cada influencia a los pequeños que fueron llegando detrás.<br /><br /><br />Es un ejercicio divertido, nostálgico en algunas ocasiones, pero sobre todo consigue hacer patente la importancia que sobre nuestra vida tuvieron las voces tanta veces escuchadas y el glosario que entre vivencias y días nos hizo ser quienes somos.<br /><br /><br />Y el libro, lo dicho, se deja leer como si fuera una delicia propia. </p><br /><p align="justify"></p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5264462728307441426" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 267px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SQ8g9YYMfxI/AAAAAAAAAZ4/yRymHETFRtI/s400/book.jpg" border="0" /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-84396757777740892632008-10-28T13:45:00.008+00:002008-10-28T15:39:58.187+00:00De corporaciones<p align="justify">Pues no sé, que llueve -eso parece- que hace frío y que nos han puesto una hora que a mí me gusta. Que pienso en todo lo que puedo hacer con esa hora, aunque luego no haga nada –aún mejor- y que tal vez, se me ocurre ahora, podría juntar horas de otros para hacerme un saquito y compartirlas – total, seguro que ellos tampoco hacen nada especial con ellas-. Y si lo pienso bien -pero bien, bien- me apetece compartirlas sólo contigo pero Aranjuez y el trabajo, el tuyo, y el mío, ay el mío, y eso de comprar una nevera portátil a medias para irnos de campo con los amigos y quita no sea que sea demasiado compromiso y de ahí al compartamos casa sólo nos quede un paso, ¡y un guano!, tienes razón, qué luego lo mismo le da por despertar a la bestia del instinto maternal y entonces tú me mirarás espantado como el pobre José el otro día, acongojado, -no, acojonado- porque las mujeres siempre se las ingenian para traer hijos y daba pena verlos, una tan entusiasmada y el otro tan con cara de paredón, a mí que me registren aunque ese esperma sea el mío , y yo no quiero que me mires con pasmo, que prefiero esa otra cara de niño goloso cuando me ves. Y me callo ante potitos y baberos, y patadas y burbujas en el vientre pero que no, que ya lo sabes tú, amor, que esas conversaciones me agotan, que prefería mirar las copas de los árboles, que tú lo viste, así, como hacíais vosotros, como si el tema no fuera conmigo, porque no iba, de verdad, que tendré útero, que sí, porque el ginecólogo me lo dijo y aseguró, -júramelo, le dije, ¿de verdad está?- pero debe ser que vino sin pensamientos o sin voz, sin batería a lo mejor, porque no me habla, palabrita que no me habla. Así que no te agobies, mi amor, este sábado no iremos a comprar la maldita nevera. Además tampoco la necesitamos, la comida que llevamos es siempre preparada. Esa es otra, acabarán odiándome.<br /><br /><br />Y que seré coplera pero también cabal y yo lo único que deseo es una casita con baño y bebedero de pájaros para hacerte feliz y si hubiera que empollar huevos, de ser necesario, los empollas tú, como los pingüinos, apañados son ellos. Y que nunca, pero nunca, nunca, dejes de mirarme así. <em>Que por la salusita de la mare mía, que te lo juro yo… </em><br /><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5262226314059272818" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 337px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SQcu88E3UnI/AAAAAAAAAZI/AHu54RaSEB8/s400/cuba_goodingjr.gif" border="0" /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-73418970141126472972008-10-20T11:10:00.011+00:002008-10-20T15:55:30.359+00:00Encuentros en el fin de mundo<p align="justify">Es el título de la película que vi el sábado. Una de personajes poéticos, excéntricos y un algo locos, soñadores, ajenos al resto de nosotros, tanto como el silencio y el frío de la Antártida donde se hallan, un lugar en el que el único ruido que puede acompañar tus pasos es el latido de tu corazón. <em>El Universo se mira a sí mismo a través de nuestros ojos</em>, comenta uno de los entrevistados a partir del pensamiento de un filósofo norteamericano. También él filósofo, pero allí subido sobre una excavadora, tan pancho y feliz con su trabajo. Los genes de los exploradores, intrépidos y visionarios, que nuestra especie marca en unos cuantos individuos con el fin de avanzar.<br /><br /><br />Luego pensé si, en mi caso, no se trataría de cine escapista. Esos individuos se parecen tan poco a nosotros, a mí, como un huevo a una castaña. Pero es justo lo que necesitaba, olvidar la porquería que nos rodea y confiar, aunque sólo sea un poco, en los seres humanos, obviando su idiotez congénita, algo con lo que nunca pudo contar la madre naturaleza, por muchos malabarismos que hiciera con nuestros genes. Aunque a ella le interesara la evolución y no el progreso, me recuerdo, y no sea humana como para confundir uno y otro término. Y además nunca se dejó impresionar por los ilustrados del XVIII, apenas una muesca en el transcurrir de su hacer. Inteligente, la puñetera, y encima con perspectiva. Así cualquiera.<br /></p><p align="justify">Y un poco más luego, recordé a Galeano y su <em>Mundo al revés</em>. Desde que lo leí este verano no puedo evitar haber adoptado el tic de ir agregando párrafos a su libro y pensar que el escritor estará haciéndolo a mi par. Lo que debe estar disfrutando estos días, observando a los capitostes del capital gimiendo e implorando por un poco más de socialismo, por el apoyo del estado del bienestar. Ni Marx pudo soñar tanta belleza… por fin el socialismo es de todos, banqueros del mundo cantando a coro la Internacional y el FMI repartiendo guirnaldas de color rojo pinchadas sobre puros cubanos que asfixian el ambiente de los hipotecados que, esos sí, tendrán que tragarse la descapitalización y sus errores. Al fin qué más dará… ya se tragaron las falacias que contamos hasta llegar aquí ¿no? Una más… se dicen brindando con productos tóxicos y las 65 horas semanales que ahora sí pondrán en marcha, sin chistar los trabajadores. El miedo, de nuevo el arma con el que te apuntan a la cabeza.<br /><br /><br />Y algo más luego, pensé en otros tóxicos. Los de éste país en concreto que lleva treinta años de su historia sin hacer historia. Ahora desenterramos para enterrar bocas pero ni un paso más allá no sea que se nos revuelvan viejos fantasmas. No sé qué fantasmas pero debe haberlos, y muy feos han de ser en más de una familia, como para callar sin justificar a derechas e izquierdas tibias. Y hablan de jueces personalistas y mediáticos y de injerencias del poder judicial en el legislativo, mientras el presi de todos los jueces (nombrado por un socialista, ¡otro!, ¡cuántos hay en los ultimos tiempos!) jurará el cargo con un obispo a su lado y sin reparar en cruces, asegurará que la justicia proviene de Dios y él es su profeta en la tierra. Amén. Y no es que yo tenga sentimiento de ser de ninguna parte en concreto, desde aquella vez que descubrí que si hay algo que no tiene fronteras es la imbecilidad o la indignidad humana, pero siento vergüenza propia, y no ajena, cuando leo el desconcierto y la incomprensión en la prensa extranjera ante nuestros (suyos) remilgos, en un tema que debería estar ya finiquitado y ser de conocimiento obligado en cualquier escuela. Claro, que por algo se nos estudia en todas las universidades como paradigma de una transición ejemplar y para una vez que se nos admira por algo no vamos a destapar la caja de Pandora (Pandoro para mí, sabréis disculpar mi feminismo en Clásicas) dando a conocer que nosotros no tuvimos transición: fue un momento marcado por el miedo, la desfachatez y el silencio. Mordazas y prisión incondicional para la memoria. Revisionismo para dar y tomar al resto, percepciones y no realidades (que leí también ayer, ultimamente leo o veo cosas muy raras si lo pienso) pero que tanto juego están dando en el mundo.<br /><br /><br />Así que, si te dedicas al cine escapista tienes justificación, me digo, al fin y al cabo el escapismo es el signo de nuestros tiempos… Houdinis de la decencia como ratas que nunca abandonarán el barco. Y al menos, en la película de Herzog, puedes palpar la poesía y sacar por unos momentos las manos de la mierda. Y por un rato, dejar de contemplártelas con extrañeza. </p><br /><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259194931618578546" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SPxp7QepAHI/AAAAAAAAAZA/frLSDYhCXKk/s400/hand_divisadero.jpg" border="0" /><br /></p><p align="justify"><em><span style="color:#663366;"><strong>"Desconfiad de vuestra inteligencia, cuando lo malo empieza a pareceros bueno".</strong></span></em></p><p align="right"><em><span style="color:#663366;">J. R. Jiménez</span></em></p><p align="justify"><em><span style="color:#663366;"></span></em></p><p align="justify"></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-23705791272154236572008-09-22T10:32:00.005+00:002008-09-23T09:39:30.572+00:00Malabarismos<a href="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SNd3HqAkLPI/AAAAAAAAAY4/F60FjqE0ZtI/s1600-h/freres.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5248794864143052018" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SNd3HqAkLPI/AAAAAAAAAY4/F60FjqE0ZtI/s400/freres.jpg" border="0" /></a><br /><p align="justify">Cuando las bolas empujadas al aire comienzan a caer sin orden ni concierto y apenas tenemos tiempo de calcular el siguiente lanzamiento, probable que caiga alguna sobre la cabeza de ese señor de negro, con bombín y este calor -me mira enfurruñado pero incapaz de protestar no sea que el resto del público le increpe- y la próxima bola, seguro, seguro, caerá sobre aquella señora que, amable, contempla mis piruetas mientras piensa en la lista de la compra -no sea que me cierren- seguro, seguro, y el niño admira ilusionado el más difícil todavía sin conocer aún, angelito, que el más difícil no es mantener las bolas en el aire sino conseguir que perseveren quietas pero esto es un circo, señores, y ahora vendrán los domadores que esos sí que saben, no yo...<br /></p><p align="justify">Que me veo obligada a tomarme un descanso porque los volatineros no son del gusto del tiempo. Y podría seguir escribiendo, soltando aquí mis onanismos mentales, pero sin ocasión para contestar vuestros comentarios y eso me parece feo, feo de mal gusto y poca educación. Mejor una pausa y poner orden así en el cuarto de los trastos circenses, poco más o menos.<br /></p><p align="justify">Os veo, escribo, en breve. </p><p align="justify"></p><p align="justify"><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com37tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-83195841680902214452008-09-15T11:20:00.006+00:002009-03-18T15:49:23.364+00:00Nidos III<p align="justify"> </p><p align="justify"></p><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5246207803281638530" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SM5GM5R8BII/AAAAAAAAAYw/sa7AQDho-Sg/s400/Gruere-1.jpg" border="0" /><br /></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-80772171955488668842008-09-08T12:06:00.005+00:002008-09-08T13:19:21.257+00:00De la Ceca a la Meca<div align="right"><br /><span style="color:#663366;"><em><strong>Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos.</strong></em><br />Charles Dickens. Historia de dos ciudades.</span><br /><br /></div><br /><p align="justify">Será cierto, a veces escribimos cosas para que no ocurran. Es difícil saber para qué se escribe pero si una de las causas fuera la que he mencionado tendría que escribir aquí largo y corrido, embarullado, sonoro, fugaz o permanente, aquello que nos asusta y levanta el pánico, cientos de pájaros negros en una plaza de domingo desierta, despavoridos por la estridencia de sí mismos, la necesidad de escapar y adónde si no sirve, un cruzar de dedos compulsivo en la palabra, buscando su conjuro.<br /><br />A veces escribimos cosas que suceden. De ser así tendría que escribir aquí largo y corrido, embarullado, silencioso, vencejos revoloteando en las esquinas de la plaza una mañana de domingo, ocupados, ensimismados en la brisa al planear, el gozo, la necesidad de permanecer y un cruzar de pies bajo la mesa, rozando los suyos.<br /><br />Qué oscuridad hay a veces en estas vagas historias que son las nuestras, las de cualquier vida, pero extraviarla cuando él llega, en sus manos la pirueta errante de la alegría y la calma, amaestrando los pájaros del miedo. El frescor de la penumbra que llega con su presencia.<br /></p><br /><p align="justify"></p><br /><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243621274128705506" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SMUVxFUfZ-I/AAAAAAAAAYo/jUAyoyZfWRo/s400/dinner_party.jpg" border="0" /></p><p><br /></p><p></p>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-5122702458102977345.post-59736870055789629052008-09-02T09:45:00.004+00:002008-09-02T09:58:11.267+00:00Mortal y Rosa<p align="justify"><span style="color:#663366;"><em>” No sabía el niño atento quién podía haber pintado aquello, ni siquiera se planteaba el que alguien lo hubiese pintado, sino que lo asumía como una realidad fascinante, como un cine natural y mágico, y era como estar viendo al mismo tiempo el pasado brillante de las cosas, tan presente, y su presente ruinoso, tan pasado. Espectador sin límites ni limitaciones, entonces como no he vuelto a serlo nunca, tomado por el cuadro en su remolino de dioses, hombres y mujeres (…) . No sabía entonces el nombre del artista, ni ahora os lo diría, aunque lo supiese, porque entonces volveríamos a los límites, a las distancias, al arte como espectáculo, contemplación, erudición, catálogo, y habríamos perdido aquella facultad mágica y silvestre, niña y eterna de participar en el arte como de la vida, como de otra vida más armoniosa, caliente y prometedora al mismo tiempo. Nunca he vuelto a mirar un cuadro como entonces, como aquel cuadro, sin limitaciones de espectador ni de crítico” </em></span></p><br /><p align="left"><span style="color:#663366;"><em>Mortal y Rosa. Francisco Umbral</em></span><br /><br /><p align="justify">Está parado en la estantería, lleva allí unos meses, desde principios de año que fue cuando lo leí. Es de esos libros, joyas, que puedes abrir al azar una y otra vez, sin esperar una linealidad -no la tiene, no la busques- saltando de una semblanza a otra, pensamientos siempre engarzados a la tarea de vivir, sin encontrar en ellos evolución lógica, argumental, que danza arbitrariamente entre retazos vitales, digresiones, sin un tono que delimite la alegría o la tristeza. Y todo con la prosa característica de Umbral, deleitándose a sí misma, espiral enamorada de sus pliegues, y que no deja de sorprender en la mayor parte de los pasajes por su belleza, delirio, acierto, léxico asombrado y asombroso. Me fue imposible no pensar en más de una ocasión <em>vendería mi alma por expresarme así</em>, por encontrar el término certero con esa facilidad poética y vital. Delirante.<br /></p><p align="justify">Novela lírica, prosa poética, diario íntimo… da igual la etiqueta, el lenguaje habla por sí mismo desde su monólogo interior, perplejo ante el absurdo de la vida, o de la muerte, ¿no es acaso la misma?<br /></p><p align="justify">Fue escrito en 1975, al año siguiente de la pérdida de su hijo. Es una elegía a la infancia, es un desahogo al espanto, al dolor pero también es una forma de convertir en liberadora la fuerza con la que la muerte pone cabeza abajo nuestro mundo. </p><p align="justify"></p><p align="justify"></p><p align="justify"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241358957615452658" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_DH_qk6uEJis/SL0MM7j7EfI/AAAAAAAAAYg/6t7Vh2au0Qs/s400/stormy_bay.jpg" border="0" /><br /></p><p align="center"><em><span style="color:#663366;"><strong>«esta corporeidad mortal y rosa, donde el amor inventa su infinito»</strong><br />P. Salinas<br /></span></em></p><p align="center"><em><span style="color:#663366;"></p></span></em>Margothttp://www.blogger.com/profile/13161446562631256084noreply@blogger.com29